Opinión
El Atlético le ve las orejas al lobo
El problema de los de Simeone es la ternura que produce en las áreas, donde se convierte en el equipo más generoso del planeta. Malas sensaciones y preocupación, ya que un solo partido no da la felicidad
Más allá del pánico que le da al seguidor rojiblanco ver al equipo fuera de los puestos de Liga de Campeones a falta de nueve partidos para el final de la Liga, lo peor de la derrota ante el Barca es la poca capacidad del Atleti de sacar algún provecho a la ilusión generada por eliminar al Inter entre semana. Si el fútbol es un estado de ánimo, la clasificación para cuartos de final de la máxima competición europea y el favorable sorteo del viernes se han visto eclipsados por una derrota bochornosa ante el Barca más ramplón de los últimos años.
Los de Xavi no tuvieron que hacer demasiado para llevarse muy buenas sensaciones del Metropolitano, con un resultado que en absoluto refleja lo ocurrido sobre el verde. El problema de los de Simeone es la ternura que produce en las áreas, donde se convierte en el equipo más generoso del planeta, regalando goles a cualquier rival dispuesto a recibir obsequios como si de Navidad se tratase, y perdonando arriba siendo incapaz de materializar alguna de las múltiples ocasiones que genera cuando juega en casa.
El Atleti hizo una primera media hora bastante buena, dominando, presionando arriba, robando en campo contrario, pero fallando tres ocasiones claras para haberse puesto por delante en el marcador. Desgraciadamente para el equipo colchonero, Griezmann todavía está a medio gas después de su lesión y Morata parece el hermano cojo del que sorprendió a toda Europa en la primera mitad de la temporada. El Barca marco en la segunda ocasión que tuvo, curiosamente a través de Joao Félix, otra vez, un descartado del Cholo. En la reanudación De Paul decidió poner las cosas un poco más difíciles regalando el 0-2 nada más salir del vestuario, en una jugada impropia de un campeón del mundo. Aún así el Atleti no perdió la cara al partido, pudiendo acercarse en el marcador y convirtiendo al portero rival en el mejor jugador del choque, pero el tercero de los visitantes, en una contra, terminó de matar el partido. Malas sensaciones y preocupación, ya que un solo partido no da la felicidad.
✕
Accede a tu cuenta para comentar