El Atlético, a ritmo de campeón para ser segundo

A ritmo de equipo campeón, el Atleti sigue sumando de 3 en 3, con toda la intención de pelear la segunda plaza de la Liga al eterno rival. Esta vez le tocó al Rayo Vallecano en horas bajas ser la víctima de un equipo que ha encontrado una velocidad de crucero envidiable, demostrando que el equipo no era tan malo como algunos estaban empeñados en señalar, cuando en la primera parte de la temporada los buenos resultados no llegaban.

Los mismos defensas que recibieron críticas en su día, hasta el punto de ponerse en duda si tenían nivel suficiente para jugar en este equipo, son los mismos que mantienen una solidez defensiva ahora que recuerda a épocas mejores. La realidad es que, cuando el equipo funciona, cuando todo carbura, cuando no se duda y se juega con confianza, los jugadores de Simeone sacan lo mejor de si mismos. También vale para lo contrario, pues cuando la presión es alta y las cosas no salen, hay futbolistas que parecen peores de lo que son.

El Atleti es hoy un equipo convencido de sus posibilidades, que sabe a lo que quiere jugar y con una solvencia que se echaba en falta en el Metropolitano en los primeros meses de una temporada en la que muchos apuntaban a un fin de ciclo.

El partido en Vallecas solo se complicó para los rojiblancos en los últimos 5 minutos, a partir del gol de los de Andoni Iraola que puso algo de salsa al descuento, pero no dio la sensación en ningún momento de que el Atlético no fuera a llevarse la victoria. Como suele ser habitual, en algunos momentos se extraña más ambición para cerrar los partidos con anterioridad, más aún cuando es evidente que si el equipo quiere, es capaz de mandar a partir de la posesión del balón y genera ocasiones cuando se adueña de la pelota.

Pudo ampliar la ventaja el Atlético cuando se puso 0-2, pero no va en la naturaleza de Simeone ir a buscar el tercero y le sale su ADN más conservador. Quedan 10 jornadas para el final, esas decisivas que siempre decía el maestro Luis Aragonés, y el Real Madrid está únicamente a 2 puntos, margen más que suficiente para maquillar una temporada en la que los rojiblancos han encontrado el rumbo demasiado tarde.