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¿Bale? Bien, gracias

Gareth Bale, en el entrenamiento de ayer del Real Madrid
Gareth Bale, en el entrenamiento de ayer del Real Madridlarazon

El futuro inmediato de Bale, que ayer se entrenó con el resto de sus compañeros es el Málaga, pasado mañana. Después, el miércoles, la Juve y el sábado siguiente, el Barcelona en el Camp Nou. El futuro inmediato es intenso y quizá decisivo. El resto de su futuro es, sobre todo, largo. «Cada paciente es un caso y es diferente –explicó ayer el ex futbolista del Madrid, Fernando Hierro, que vivió con una protrusión– En mi caso estuve hasta los treinta y siete años. Son los servicios médicos, con el club y el entrenador, quienes tienen que tomar la decisión con los datos. Después de dieciocho años como profesional, yo sigo disfrutando con mis amigos y jugando al fútbol sin pasar por el quirófano».

Se ha hablado de su espalda, pero Gareth Bale ha hecho dos semanas de esfuerzos para recuperarse de las molestias de su muslo, que es lo que le tiene apartado de los terrenos de juego. Casi quince días que terminaron ayer, cuando llegaron los internacionales del Real Madrid y el futbolista galés se entrenó con ellos. Uno más, sin ningún hándicap distinto: «La protrusión es una imagen que consideramos normal en una resonancia o escáner. El 20 por ciento de los pacientes jóvenes de 20 años que no tienen ni dolor de espalda ni ciática, dos de los síntomas de la hernia de disco, tienen imágenes de degeneración o protrusión», asegura el doctor Vicente Concejero, jefe clínico y adjunto de la Unidad de la Espalda y la Columna de la Clínica Cemtro. Según el doctor, se puede desarrollar cualquier actividad física sin ningún problema.

Fernando Hierro lo sabe. Tuvo una larga y brillante carrera y nadie puede decir que no fuera un futbolista que no fuese al choque. El que fuera central del Real Madrid era tan buen futbolista como conocedor de que un defensa tiene que marcar su territorio frente a los delanteros. Había que ser duro y él lo era, sin temor a lo que sufriera su protrusión. Nunca le impidió ser uno de los grandes.

Bale no teme por su espalda, le preocupan más las sobrecargas. «Es un jugador cuya pretemporada ha sido atípica. Desde fuera es fácil opinar y tomar decisiones pero es el club, el entrenador y los servicios médicos quienes tienen que hacerlo con los datos que tengan a nivel médico o físico –continuó ayer Fernando Hierro–. Si deciden que empiece a jugar es porque le verán bien y, si no, es porque entenderán que tiene que tener un poco más de tiempo y de adaptación al club». El primer paso lo dio ayer Bale, que se entrenó con el grupo y el sábado tendrá algunos minutos, sin ningún miedo al futuro.