Russell Westbrook, otra vez el malo de la película

Los Angeles Lakers no ganan un partido desde hace más de seis meses. La última victoria fue el 11 de abril ante los Nuggets de Denver. Desde entonces, media docena de partidos de pretemporada y media docena de derrotas. Tres partidos oficiales –Warriors, Clippers y Blazers– y otras tantas derrotas. Y los focos vuelven a enfocar al sospechoso habitual número uno, Russell Westbrook.

El batacazo ante los Blazers fue sangriento para el base. A tres minutos del final falló un triple que podía haber sido decisivo con seis puntos de ventaja. En el último minuto se jugó un tiro de media distancia que también falló y el banquillo de los Blazers ya lo estaba celebrando nada más levantarse. Portland consumó la remontada liderado por Lillard y el 0 de los Lakers acabó con 10 puntos (4/15 en tiros). «No tengo la respuesta para el partido», dijo luego. Fue el único titular que terminó con balance negativo en un equipo que volvió a agarrarse a LeBron (31 puntos, 8 rebotes y 8 asistencias) y Davis (22 puntos, 10 rebotes y 6 tapones). «Se supone que un partido así no se debería haber perdido nunca», soltó el ala-pívot visiblemente mosqueado.

Después de un primer choque notable ante los Warriors (19 puntos con 7/12 en tiros y 11 rebotes), sus dos noches siguientes han sido una pesadilla. «Ha sido una actuación completa», fue la definición que hizo del 0/11 en el tiro tras el derbi de Los Ángeles. En los dos últimos partidos tiene el récord de peor porcentaje de tiro combinado con más de diez lanzamientos (4/26) y el anterior récord también era suyo, en enero de este año. Westbrook promedia 10,3 puntos (28,9 por ciento en tiros de campo y 8,3 en triples), 6,7 rebotes y 4,3 asistencias. Las cifras no concuerdan con uno de los salarios más elevados de la Liga. Por su último año de contrato con los Lakers percibirá 47 millones de dólares, 2,5 más que LeBron James y nueve más que Davis. Es el tercer jugador con mejor contrato en la Liga sólo por detrás de Curry (Warriors) y Wall (Clippers).

LeBron y Davis fueron los impulsores de su llegada a los Lakers en el verano de 2021. Fue en la temporada posterior al título en la burbuja de Orlando cuando Westbrook, californiano, MVP en 2017 y con cuatro temporadas promediando un triple doble (10 o más en tres disciplinas del juego), llegó a L. A. Los Lakers parían otro «Big 3». Entonces ya hubo quien criticó su contratación y habló de un capricho de las dos estrellas. James dijo aquello de que «yo opino porque me piden que lo haga, pero no presiono para que se hagan fichajes». Dos años después los Lakers son un solar y el único futuro del base es su salida en enero o ya en verano cuando finalice su contrato. Para Magic Johnson, una de las leyendas de la franquicia, Westbrook «es el peor traspaso de la historia de los Lakers». Al base le queda el consuelo de no haber llegado a la dramática situación del curso pasado en el que su familia recibió amenazas de muerte y su mujer denunció «mensajes intimidatorios con palabras denigrantes y obscenidades a diario».

Otra leyenda de la franquicia, Shaquille O’Neal, define así al equipo: «Son pandilleros de bandas independientes y no hay tiradores en ninguna de las bandas». Los números no hacen más que ratificar su impresión. Los Lakers acumulan un 25/118 en triples en tres partidos. Es un 21,2 por ciento, el peor porcentaje de la historia en los tres primeros partidos con al menos 110 tiros lanzados. Son últimos en producción ofensiva, últimos en tiros de campo y últimos en tiros de tres. Y ahí quien está viendo ya un 0/8 en los próximos días. Llegan los Nuggets (2), los Wolves, los Pelicans, los Jazz... y con Westbrook promediando casi media hora en pista.