Al revés que en el fútbol

Si en fútbol el Barcelona es la imagen de la alegría y la perfección sobre el campo y el Real Madrid un equipo bloqueado por su propia ansiedad e incapaz de jugar bien, en baloncesto es exactamente al revés. Sobre el parqué son los blancos los que se sienten invencibles y los azulgrana quienes no encuentran la salida a su crisis. Ayer, en Málaga, sumaron su cuarta derrota seguida (CSKA, Canarias, Obradoiro y Unicaja) en un final de partido que refleja muy bien su situación. Les sobran ansiedad y nervios a los de Xavi Pascual, que han caído hasta el octavo puesto y empiezan a complicarse su clasificación para la Copa del Rey. El Barça volvió a fracasar en un final de partido lleno de errores por ambos bandos, confirmando que están en uno de esos momentos en los que si se te cae al suelo la tostada, siempre lo hará por el lado de la mantequilla.

Ni la reaparición forzada de Navarro –que viajó a Málaga sin tener segura su participación por sus eternos problemas físicos–, ni el triple de Jasikevicius a falta de 9 segundos (68-69) bastaron para evitar otro tropezón. Y además, éste se consumó gracias a un tapón espectacular a Mickeal de Fran Vázquez, hasta hace poco jugador del conjunto azulgrana. «Es una situación a la que no estamos acostumbrados», decía Xavi Pascual tomando el discurso de Mourinho respecto a su poca costumbre de perder tanto. «Teníamos ganas de hacerlo bien y hemos jugado para ganar», continuaba el técnico azulgrana a una semana de medirse al Madrid.

Hace «siglos» que los blancos no llegan al Palau sintiéndose tan favoritos, pero es lo lógico mirando sus estadísticas. Los de Laso se apuntaron en San Sebastián su decimocuarta victoria en otras tantas jornadas de Liga Endesa, mientras que, en lo que va de temporada, suman 23 triunfos en 26 partidos oficiales. Guiado por el acierto de Llull, que batió su récord de triples en un choque ACB (6), y la inspiración de Sergio Rodríguez, el líder derrotó sin problemas al Lagun Aro. A diferencia de su eterno rival, los madrileños no necesitaron forzar a su estrella –Rudy–, porque juegan de memoria y todo les sale bien. Justo lo que en fútbol le pasa al Barça mientras el Madrid sufre.