El «Chapu» juega en casa

Nocioni fue el corazón del Madrid en cuartos. Reconoce que la semifinal ante el Baskonia será “especial”

En los pasillos del Buesa Arena hay infinidad de imágenes del Baskonia. En más de una aparece Andrés Nocioni. El ahora jugador del Real Madrid vivió una de las etapas gloriosas del club vitoriano y en una imagen está cortando las redes en uno de los títulos baskonistas. Ahora está en la acera de enfrente, en el equipo al que más ganas se tiene en Vitoria, el Real Madrid. Baskonistas y blancos disputan mañana (18:30, #0) la primera semifinal de la Copa del Rey.

El “Chapu” está viviendo una temporada muy especial. El 30 de noviembre cumple 38 años y su rol en el Madrid fue el que demostró en los cuartos de final ante el MoraBanc Andorra. “Su corazón es enorme, lo tira a la pista y es capaz de contagiar a los compañeros”, define Pablo Laso. Traducido en números: salió a la cancha cuando el Madrid se despeñaba (21-37) y con él el parcial fue +16 para los suyos. Le bastó con estar 9:56 para anotar 11 puntos, atrapar 8 rebotes, repartir 2 asistencias y colocar un par de tapones. Fue hiperactivo. Cambió la dinámica de su equipo cuando era dominado por el Andorra y sus tres triples en el último cuarto fueron decisivos para que el partido llegara a la prórroga y allí certificara el Madrid la clasificación.

Es como si Pablo Laso y el propio Nocioni se hubieran estado reservando toda la temporada para momentos como el vivido ante el Andorra. Cualquier otro jugador con su aportación este año sería bautizado como residual. El trabajo del “Chapu” va mucho más allá de las estadísticas. Como dijo Boza Maljkovic, “las estadísticas son como los bikinis, enseñan cosas importantes, pero ocultan lo esencial”. Nocioni se ha quedado en blanco en 13 partidos esta temporada: 4 de Liga Endesa y 9 de la Euroliga. En la Liga Endesa promedia 11 minutos por partido y anota seis puntos. Las cifras bajan en Europa: 6 minutos y 2 puntos. Lo suyo es otra cosa. Es el pegamento en el vestuario del Madrid, un ejemplo para el resto de compañeros por su ética de trabajo y un “tipo al que siempre quieres tener en tu vestuario y no en el de enfrente”, como dice más de un compañero de la plantilla. Además es uno de los “tutores” de Doncic. Él está encantado con su nuevo papel. “Estas cosas no las dan los años, sino la personalidad. Hay jugadores que por mucho que avance su carrera no asumen papeles diferentes, yo he tratado de adaptarme. Ser protagonista de otra manera y me sale natural. Me acomodo a lo que el equipo necesita de mí”, comentó ayer.

La semifinal ante el Baskonia es otro desafío para un jugador que ha llegado a Vitoria con una nueva imagen. Adiós a la barba y hola a una imagen con bigote y perilla propia de un justiciero del lejano Oeste. Es la reedición del partido del año pasado en Coruña que terminó con victoria del Madrid (86-80). Para Laso, aquél fue el mejor partido de la temporada. El técnico sabe que va a necesitar el plus que le da el “Chapu” y el argentino no se esconde como no lo hizo ante el Andorra. “No me guardo. Son partidos importantes que uno trata de ayudar. El equipo necesitaba un extra de energía, empuje desde el banco y se lo traté de dar. Traté de dar tranquilidad y fuego desde el banquillo”, explica. “El Baskonia tiene un equipazo, un bloque muy competitivo y delante de su afición van a ser muy duros. Jugar en el Buesa sigue siendo especial. Tengo muchos recuerdos, grandiosos que me unen a Vitoria”, asegura el “Chapu”.