Entrevista
Andrés Feliz: «Cuando me llamó el Madrid, al principio pensé que era una broma»
El base dominicano puede ser el jugador más consciente de la dimensión del club en el que juega. «No he visto un nivel de exigencia igual», dice. Hoy comienza la Euroliga en Bolonia
Con 1,88, Andrés Feliz (15-7-1997, Santo Domingo) es uno de los pocos jugadores del Madrid que puede pasear por el centro de la capital sin llamar demasiado la atención. «No vivo en el centro, pero Madrid es una ciudad agradable de estar y eso la hace especial», apunta el base, que tiene dos hijos nacidos en Badalona (Dree y Lily) y está casado con su novia de la universidad, Lisa Wygal. Su vida está marcada por el instinto de superación y supervivencia: en Guachupita, su barrio «difícil» en Santo Domingo; en su llegada a Estados Unidos con 14 años; en el aterrizaje en España, en el Prat de la tercera categoría del baloncesto español, y en su llegada al Madrid donde el año pasado llegó a ser «insustituible», como dijo Chus Mateo, y luego convenció a Scariolo para seguir en Valdebebas.
¿Vuelve a Guachupita cuando tiene oportunidad?
Sí, porque siguen viviendo mis padres, mis primas, mis tías, mis amigos... todos siguen allí. Cuando estoy en Dominicana paso la mayor parte del tiempo allí. Estamos planeando que vengan aquí, pero poco a poco.
¿Por qué apostó por el baloncesto en vez de por el béisbol?
Mi padre quería que jugara al béisbol, pero yo no le encontraba el punto y me fui al baloncesto. Siempre estaba en la escuela botando el balón. Me gustaban Tony Parker o Lebron James, pero yo no era de tener pósteres en la habitación.
Con 14 años se va a Estados Unidos, al instituto West Oaks en Florida, ¿era como se imaginaba?
No, no, no... al principio pensaba que todo iba a ser de color de rosa y nada de eso. No fue así. La adaptación fue muy, muy complicada. Pasé cuatro o cinco meses muy duros. No sabía el idioma, no conocía a nadie, no hablaba con nadie. Mi familia era la que me daba la calma, hablaba con ellos, me tranquilizaban, me decían que era todo un proceso que se tenía que superar, que tenía que seguir siendo fuerte, y gracias a ellos pude salir adelante.
De allí a la Universidad de Illinois donde estudió sociología...
Así fue, pero mi último año de universidad fue el año de la pandemia y todas las oportunidades que tenía allí en Estados Unidos se rompieron, se fueron abajo. Surgió la oportunidad de venir a España a el Prat y me vine para aquí.
¿Sabía a dónde venía porque era un club de la tercera categoría del baloncesto español?
La verdad es que no sabía exactamente dónde iba. Estaba en busca de una oportunidad y quería demostrar mi talento y que podía ser un jugador de nivel. Eso fue lo que me trajo a España y estoy seguro de que si no hubiera sido por el Prat ahora mismo no estaría aquí. Fue mucho más sencillo que en Estados Unidos, porque la cultura era parecida a la mía y sobre todo por el idioma.
¿Qué aprendió en Badalona, porque es el equipo donde más tiempo ha estado?
En el Joventut lo aprendí todo. Me ayudaron a adaptarme a la Liga y entendí lo que era un club histórico y grande.
¿Cómo manejó el salto del Joventut al Real Madrid?
¡Ufff! Esto es el Madrid y es lo máximo. No a todo el mundo le llama el Madrid. Mi primer pensamiento fue estar agradecido a Dios por la oportunidad que se me estaba brindando y tenía que aprovechar el momento al máximo. También pensé al principio cuando me llamaron que era una broma.
Su compañero Tavares asegura que el Real Madrid no es un equipo fácil para adaptarse...
Tiene razón. El principio no fue nada fácil. Llegas a un sitio nuevo en el que cambias de rol, cambias de compañeros... y es un club en el que siempre hay que ganar. El nivel de exigencia es el máximo. No he visto nada igual. Tienes que encontrarte a ti mismo en una nueva estructura y ser un buen compañero dentro y fuera de la cancha para que el equipo sea grande.
El propio Tavares le definía a usted con una palabra: humildad.
Es que veo mucho reflejado mi caso en Tavares. Los dos venimos de una isla y creo que hemos vivido un proceso similar, cada uno con sus cosas particulares. Me identifico mucho con él, me llevo muy bien con él, me gusta su personalidad... es un gran tipo.
Chus Mateo le calificó en el final de la pasada temporada como «insustituible», ¿qué le ha pedido Scariolo?
Mejorar siempre, nunca parar de mejorar y de progresar, porque va a ser la mejor forma en que pueda ayudar al equipo.
¿Había trabajado alguna vez con tantos entrenadores ayudantes como este año (7)?
No, nunca había visto tantos en un equipo, pero eso nos va a ayudar a crecer más. Siempre habrá algún punto en el que te puedan ayudar a progresar, a avanzar un poco más. Eso nos viene bien a todos.
¿Hay muchas diferencias entre Scariolo y Chus Mateo?
Para mí son dos grandes entrenadores, pero es que yo soy un simple trabajador que vengo aquí a ayudar al equipo. Era lo que hacía el año pasado con Chus Mateo y es lo que trato de hacer ahora con Sergio Scariolo.
El nuevo jefe de la sección es Sergio Rodríguez. Jugó con él y ahora está en un despacho...
Era un gran jugador. Y ahora nos está dando respaldo y apoyo y se ha hecho un buen equipo.
Llega la Euroliga, ¿qué fue lo que más le impactó en la temporada de su estreno?
El nivel tanto físico como de exigencia que tiene cualquier partido. No te permite un segundo de despiste, porque el más mínimo error te lo castigan. Para mí es la mejor liga del mundo.
Este año hay dos equipos más (20) y el calendario todavía está más sobrecargado...
Mientras el equipo vaya bien me da igual el calendario, que haya 50, 60, 80 o miles de partidos. Mientras el equipo vaya bien no hay problema.
¿En qué es mejor este Madrid al de la temporada pasada?
Tenemos jugadores con muchísimo talento, se ha fichado muy bien. Ahora lo que se trata es trabajar muy duro para poder unir las piezas cuanto antes y que seamos un gran equipo, pero talento hay muchísimo.
Unión parece que hay porque acudieron todos al primer partido de la Champions en el Bernabéu...
Sí, bueno estoy aprendiendo un poco de fútbol.
¿Quién es el Mbappé del basket?
(Risas). Hay un montón porque tenemos un equipo de muchísimo nivel.
Si jugase al fútbol, ¿de qué le gustaría hacerlo?
De defensa, de delantero... con tal de jugar me daría igual el puesto.
Defina con una palabra a los nuevos. Maledon...
Calidad y carácter.
Kramer...
Finura.
Procida...
Envergadura.
Lyles...
Experiencia.
Okeke...
Polivalencia
Almansa...
Futuro y proyección.
¿Y Sergio Scariolo?
El jefe es lo máximo.