Huérfanos, pero menos

Las molestias dejan a Navarro fuera del segundo partido en el momento más bajo de su carrera

En cualquier momento de las quince temporadas anteriores una lesión de Juan Carlos Navarro a estas alturas de la película hubiera sido dramática para el Barça. Ahora ya no. El pinchazo que sufrió en la fascia del pie derecho en el arranque de la final le impidió entrenarse ayer. Al menos se descartó una lesión grave, pero si no es imprescindible, que vistos los números de la temporada está muy lejos de serlo, no jugará hoy (12:30, La1 y E3).

Cuando se retiró de la pista cojeando en el primer partido, Navarro ya se temía lo peor. Es una zona que le ha martirizado durante toda su carrera. Ahora se trata de una lesión más en un año en el que no ha podido disputar la mitad de los partidos por problemas físicos. Felipe Reyes, capitán blanco y compañero en la Selección, considera que los números de Navarro no reflejan su importancia en el equipo: «Juan Carlos es un jugador muy importante para ellos y claro que notarán su ausencia. Cuando él está en cancha es un equipo más peligroso y ya veremos si les afecta o no».

Las cifras del capitán azulgrana no engañan. Sus estadísticas son las más flojas de su carrera, similares a las que protagonizó en la temporada 1998/99, recién aterrizado como junior en la primera plantilla. Anota menos que nunca (6 puntos por partido), lo hace con porcentajes muy flojos (ver números) y sólo es el octavo jugador más utilizado por Xavi Pascual. La ascendencia en el equipo no coincide con sus números.

Su última hazaña llegó en las semifinales ante Unicaja y deja claro que está lejos de ser el que era. Falló los quince primeros triples que intentó en la serie y en el quinto partido, a 19 segundos del final, tuvo su único acierto. Navarro es irreemplazable, pero si hay un equipo que cuenta con elementos para que su baja se note lo menos posible es el Barça. Pascual tiene una rotación interminable en el perímetro: Huertas, Satoransky, Thomas, Olesson, Abrines y Hezonja. El alero croata es la gran esperanza azulgrana siempre que disponga de minutos, algo que no suele suceder. Él, en solitario, metió en problemas al Madrid en el primer partido. El problema para el Barcelona es que muy raramente Xavi Pascual le ha dado protagonismo y esa marginación cada vez se entiende menos. Aquí y en la NBA, el futuro inmediato es Hezonja. Sus dos mejores partidos del año, al margen de la exhibición del 8/8 en triples ante el Manresa, los ha jugado ante el Madrid en el Palacio. Cuando ha estado más de 20 minutos en pista (8 partidos de 43 posibles y «gracias» a las lesiones de compañeros), siempre ha sido el mejor exterior.