Luka Doncic o lo nunca visto

«Siempre podré decir que yo jugué con Luka Doncic», tuiteó Felipe Reyes después de contemplar la exhibición del esloveno en el séptimo partido de la semifinal del Oeste entre los Dallas Mavericks y los Phoenix Suns. La reacción de uno de sus «tutores» en el Madrid es el reflejo del impacto que ha tenido la actuación del esloveno tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Nunca se había visto una cosa igual con un jugador de 23 años y poco más de dos meses en un séptimo partido de los playoffs.

Enfrente no estaba un cualquiera, estaba el mejor equipo de la primera fase. Los Suns lideraron la Conferencia Oeste y la NBA con una marca de 64 victorias y sólo 18 derrotas. No habían perdido tres partidos seguidos en todo el curso. Abrieron la serie con dos victorias, llegaron a dominar por 3-2 y se rindieron en el séptimo partido sin oponer resistencia ante el recital de Doncic. El balcánico sólo necesitó tres cuartos para cuajar unos números de escándalo: 35 puntos (12/19 en tiros de campo y 6/11 en triples), 10 rebotes, 4 asistencias, 2 robos, +37 con él en pista y todo en sólo 30 minutos. Doncic sumó al descanso los mismos puntos (27) que todos los Suns –cuando le preguntaron tras el partido si era consciente de ello en ese momento respondió: «Sí, claro»– y los promedios con los que ha cerrado la serie le emparentan con los más grandes: 32,5 puntos, 9,85 rebotes y 7 asistencias.

Los partidos decisivos de playoffs se han convertido en «territorio Doncic». Cada vez que hay un choque definitivo anota una media de 38,3 puntos, la más alta en la historia de la Liga. Y sólo un jugador, el legendario Elgin Baylor, ha sido capaz de hacer más veces 35 puntos y 10 rebotes en un séptimo partido. Baylor lo logró en tres ocasiones. LeBron James, Jerry West y Doncic suman dos. Y Luka tiene 23 años.

El balcánico no estuvo solo en el partido decisivo. Ha encontrado en Spencer Dinwiddie un escudero perfecto. Se fue hasta los 30 puntos con lo que ambos se convirtieron en la primera pareja en 20 años que anotan 30 puntos o más por cabeza desde que lo hicieran Kobe Bryant y Shaquille O’Neal con los Lakers en 2002. «Me estoy divirtiendo y cuando me divierto es cuando juego mejor. Pero hoy todo el equipo fue increíble, nunca vi una actuación así en un séptimo partido y fuera de casa», aseguró Doncic en Phoenix.

La última vez que los Mavericks alcanzaron las finales del Oeste fue en 2011 liderados por el alemán Dirk Nowitzki, ayer presente en el Footprint Center de Phoenix, y Jason Kidd, el actual entrenador, como base. «Cuando vimos a Dirk en los asientos a pie de campo, encima fuera de casa nos dio mucha confianza. Sabes, Dirk es Dirk. Todos apreciamos que estuviera aquí», aseguró antes de abrazarse a la leyenda de los Mavs.

En Estados Unidos se coincide en afirmar que el momento clave de la serie estuvo en la resolución del quinto partido y en los recados que Devin Booker, la estrella de los Suns, envió durante y después del partido a Doncic. «Todo el mundo va de duro cuando está dominando la serie», soltó el balcánico camino de los vestuarios. Lo que sucedió en los dos partidos posteriores fue para que los ojeadores de los Suns lamentaran su decisión en el draft de 2018. Aquel año eligieron a DeAndre Ayton como número uno mientras Doncic ocupaba el tercer puesto seleccionado por los Hawks de Atlanta. El resumen de lo de Doncic ante los Suns lo refleja un tuit de Sergio Hernández, el que fuera seleccionador argentino en los Juegos de Tokio: «Teníamos muchísimas dudas sobre qué defensa hacer sobre Luka Doncic en los Juegos. Hoy entendimos que no había ninguna, sólo esperar que tuviera una mala noche. Para mi es el mejor jugador del mundo en la actualidad. Es Jordanesco».

La última prueba. Entre los jugadores que sobreviven en los playoffs, Doncic es el líder en puntos (31,5 por partido), rebotes (10,1), asistencias (6,6 igualado con Draymond Green) y segundo en robos (1,9). Y ahora llegan los Warriors.