Nutrición

El bambú se postula como el alimento del futuro

Según los científicos es un «tesoro verde» subestimado: «Tiene un alto contenido de proteínas», dicen

El bambú contiene siete de los nueve aminoácidos esenciales para el ser humano
El bambú contiene siete de los nueve aminoácidos esenciales para el ser humanoDreamstime

El bambú, una planta milenaria y de rápido crecimiento, podría convertirse en una solución crucial para abordar el desafío de proporcionar alimentos sostenibles y nutritivos a la creciente población mundial, según un equipo de científicos chinos. En particular, los brotes de bambú son reconocidos por su alto contenido de proteínas, comparable al de la leche de vaca, y superan en calidad a muchos cereales.

Esta joya nutritiva de la naturaleza ha sido hasta ahora un «recurso natural subestimado», pero ha sido objeto de estudio por parte de científicos que ven en esta planta un potencial alimento básico para el futuro, según el equipo liderado por Wu Liangru, investigador del Centro Nacional de Investigación del Bambú de China y autor de un artículo publicado en la revista «Trends in Food Science & Technology».

Los investigadores resaltan que el bambú no solo ofrece recursos alimentarios sostenibles, sino que también presenta oportunidades para el comercio y la exportación, lo que podría impulsar el crecimiento de las economías locales. En cuanto a los beneficios para la salud, destacan que los brotes de bambú contienen siete de los nueve aminoácidos esenciales para el ser humano. Además, su contenido vitamínico supera a otras verduras como la zanahoria, el apio y la col, y son una fuente más rica en hierro que las espinacas y la calabaza. Cabe destacar que a su vez son una excelente fuente de hidratos de carbono, incluyendo fibras alimentarias, y presentan un bajo contenido de grasa.

El estudio destaca que esta planta tiene una función antioxidante importante, siendo capaz de eliminar los radicales libres que causan daño celular y están relacionados con el proceso de envejecimiento.

Estos brotes, de color amarillo cremoso y con un interior hueco, pueden ser preparados de diversas formas, como encurtidos en sal, fermentados, secos, enlatados, congelados, convertidos en zumo, en polvo, o simplemente cocinados frescos como cualquier otra verdura. Esta versatilidad culinaria permite disfrutar de sus beneficios nutricionales de múltiples maneras, adaptándose a las preferencias y necesidades individuales.

Si bien las yemas de bambú frescas pueden contener toxinas, se ha observado que su procesamiento adecuado reduce significativamente estos compuestos. Sin embargo, los investigadores enfatizan la importancia de realizar pruebas exhaustivas antes de llevar los productos al mercado y establecer normas internacionales para garantizar su seguridad alimentaria. Además, señalan la necesidad de investigar más a fondo los efectos a largo plazo de consumir mayores cantidades, especialmente cuando se utilizan como ingredientes funcionales en alimentos.

Con todo, el equipo científico señaló que tienen un gran potencial para convertirse en un alimento de consumo generalizado mundial y contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Y es que, su versatilidad va más allá de ser simplemente un alimento para el panda gigante, ya que los expertos en nutrición destacan su potencial en la elaboración de «ingredientes alimentarios funcionales» como la fibra dietética derivada del bambú que se utiliza para enriquecer productos como panadería y yogures.

Crecimiento del 40%

La historia de su uso culinario y medicinal en Asia es ancestral, como se menciona en el antiguo diccionario chino «Erya», que data de finales del siglo IV a.C. En este tratado, se hace referencia a que «las yemas del bambú pueden convertirse en alimento».

En la actualidad, se ha observado un aumento significativo en la demanda de productos derivados de esta planta. El valor comercial de estos productos ha experimentado un crecimiento del 40% entre 2007 y 2018, destacando los brotes en conserva como el principal volumen de exportación. Este dato refleja el interés creciente en aprovechar sus propiedades nutricionales y culinarias tanto a nivel local como a nivel internacional.

China ocupa el primer puesto como el mayor productor mundial de bambú, con aproximadamente 6,4 millones de hectáreas de bosques de esta especie. Sin embargo, menos del 6% de esta superficie se destina a la producción de brotes, y alrededor del 24% se utiliza para la producción combinada de madera y brotes.

Se estima que en esta extensa zona forestal se producen anualmente entre 25 y 35 millones de toneladas de estos. No obstante, sólo aproximadamente un tercio de esta cantidad se destina al consumo, mientras que el resto «se pudre en la montaña» debido al exceso de oferta y a los bajos precios.

Si se aprovechara la totalidad de los tallos de bambú en el gigante asiático y se incrementara la producción global de esta planta, el mundo podría generar hasta 150 millones de toneladas de brotes al año. Esto tendría un impacto significativo en la alimentación de la creciente población mundial, proporcionando una valiosa fuente de alimentos sostenibles y nutritivos.