Atletismo

Bruno Hortelano como inspiración

La estrella de España busca un doblete histórico en 200 y 4x400 en los Europeos. El equipo aspira a una decena de medallas con opciones en disciplinas que abren una nueva era en el atletismo español

Bruno Hortelano / Efe
Bruno Hortelano / Efelarazon

La estrella de España busca un doblete histórico en 200 y 4x400 en los Europeos. El equipo aspira a una decena de medallas con opciones en disciplinas que abren una nueva era en el atletismo español

Ramón Cid es el director técnico de la Real Federación Española de Atletismo. Hace seis años, cuando nuestro atletismo era un páramo, él vislumbraba «brotes verdes». Uno de ellos era un tal Bruno Hortelano, un «tío de Canadá» que apareció hace un decenio en unos Nacionales junior. El Campeonato de Europa que arranca hoy en Berlín debe ser la confirmación del despegue impulsado por el velocista europeo más completo de la historia. El título no es porque sí. Lo dice la clasificación por puntos –se suman las marcas de 100, 200 y 400– de la Federación Internacional. «No tenemos por qué tener miedo al éxito. Contabilizo entre 15 y 17 opciones de medalla», asegura el propio Cid y concreta que diez ya serían un éxito. Raúl Chapado, su jefe y presidente de la Federación, también «vende» optimismo: «Es nuestro momento. Estamos ante una generación irreverente ante los límites». Y el «culpable» de ese clima en torno al equipo español es Hortelano.

Él es la estrella y así lo ven los casi 100 españoles (97) de la expedición. Sólo Alemania y Gran Bretaña cuentan con una delegación tan numerosa. A la cifra se le suma la juventud –25 años de media– y la seguridad de que el equipo de Tokio 2020 saldrá del núcleo duro del grupo. La última vez que un Europeo se disputó en Alemania fue en Múnich 2002. España terminó con 15 medallas, con cuatro oros, pero todos llevaron un asterisco sonrojante. Era la etapa de Marta Domínguez, Paquillo, Alberto García, Penti... Pasado.

El presente es Bruno Hortelano. Aunque hay que remontarse al 5 de septiembre de 2016 para entender al fenómeno. Un accidente de coche a la entrada de Madrid por la A-6 le destrozó la mano y estuvo 20 meses sin competir. Aquello fue semanas después de proclamarse campeón de Europa de 200 en Ámsterdam. Su regreso ha sido salvaje. Este año ha corrido el 200 (20.04) y el 400 (44.69). En ambas distancias ha mejorado los récords de España. «Este campeonato simboliza el fin de una etapa única en mi vida en la que empecé de cero y he estado dando pasos para llegar a la cima. El cumplimiento de una promesa que me hice: después de haberlo perdido todo, volver a ser yo», confesó ayer en la ciudad alemana. Llegó hace ocho días a Postdam con el equipo de 4x400. Había que hacer grupo. El relevo largo es el «Dream Team» del equipo español. En los Mundiales de Londres ocupó una histórica quinta plaza y el sueño de Hortelano es un doblete histórico. En las piernas tiene una marca por debajo de los 20 segundos en el doble hectómetro y el relevo «no tiene miedo a nadie». Está destinado a cubrir la última posta para evitar precisamente problemas en la entrega del testigo que se realiza con la mano derecha. La amenaza en los 200 es el turco Gulyyev. Fue campeón del mundo en Londres y su año apunta a mejorar los 19.90 que tiene como marca. Pero a Hortelano no le preocupan los nombres propios ni que la pista de Berlín no sea rápida, aunque Bolt podría decir lo contrario. Él se siente capacitado para bajar de los 20 segundos, aunque no sepa cuándo. Y si su ejemplo sirve a los compañeros, mejor: «Todos buscamos la gloria, pero también ayudar a cumplir sueños. Si puedo ayudar a otros será fantástico».

España ha superado la etapa en la que vivía del mediofondo, de la marcha y de Beitia. La exsaltadora es la jefa de una expedición en la que abunda el talento. Algunos llegan con las mejores marcas europeas del año (Saúl Ordóñez en 800 o Javi Guerra en maratón), otros en el «top 3» (Orlando Ortega en 110 vallas, Husillos en 400, Fernando Carro en 3.000 obstáculos o Ana Peleteiro en triple) de ahí la ambición. Aunque como asegura Ramón Cid, «tampoco es cuestión de venirnos arriba». En la jornada de aperitivo, con varias clasificaciones, los diez españoles cayeron eliminados.