Esquí

Chamonix. Un lugar mítico en los Alpes

Chamonix
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La primera vez que uno visita el Valle de Chamonix debería recordar las palabras de Horace Bénédict de Saussure, científico responsable de la primera ascensión al Mont Blanc e inventor del Alpinismo, evocando su primera visita en 1760: “El aire fresco que se respira (...) las cabañas que uno se va encontrando a cada paso (...) dan la impresión de entrar en un nuevo mundo, una suerte de paraíso en la tierra, rodeado por un sobrenatural círculo de montañas (...) Estos majestuosos glaciares, separados por grandes bosques, y coronados por afiladas agujas de granito en la asombrosa forma de grandes obeliscos mezclados con la nieve y el hielo, suponen uno de los más nobles y singulares espectáculos que es posible imaginar”.

Chamonix representa el lugar perfecto, el paraíso del esquí: paisaje –Montenvers-, historia -en Chamonix se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de Invierno en 1924-, gastronomía -increíbles embutidos, especialmente salchichones y diots, y fantásticos quesos- y por supuesto nieve y descensos increíbles.

Cuatro áreas fundamentales componen el dominio Chamonix Mont-Blanc: Grands Montets (1235 m - 3300 m), Brévent / Flégère (1030 m - 2525m), Le Tour-Vallorcine (1453m - 2270m) y Les Houches (950m - 1900m). Recomendamos dedicar un día a cada una de ellas y si el tiempo lo permite reservar una jornada para realizar el descenso de un mítico itinerario de esquí: el Vallée Blanche. El teleférico de la Aiguille du Midi, uno de los primeros en construirse en los Alpes, nos llevará en un total de 20 minutos desde los 1020 a los 3842 metros. Con una longitud superior a los 20 kilómetros, este itinerario nos permite deslizarnos por los glaciares del Gigante y el Mar de Hielo.

Les Grands Montets es un escenario magnífico que se encuentra situado en el corazón del macizo del Mont-Blanc, entre el inmenso Glaciar de Argentière y el Mar de Hielo. Después de realizar el descenso completo de Les Grands Montets comprenderemos los motivos que han impulsado su renombre internacional. Comenzando en Les Grands Montets (3297 m) descenderemos hasta Argentière (1200 m), por las pistas Point de Vue o Pylônes enlazando con Pierre à Ric completando una bajada de 8 km y 2100 metros de desnivel.

El área de Brévent / Flégère, situada en el macizo de las Aiguilles nos permite esquiar disfrutando del panorama más extraordinario de los Alpes, especialmente si descendemos por la pista llamada Floria: la cordillera del Mont-Blanc, el Mar de Hielo, el glaciar de Bossons, los Grandes Jorasses. Para finalizar no dejéis pasar la oportunidad de descender hasta el fondo del Valle combinando las pistas Combe, Lachenal y Praz.

Le Tour-Vallorcine y Les Houches son áreas especialmente recomendables para los días de mal tiempo que nos permitirán esquiar entre amplias zonas abiertas combinadas con espesos bosques. En Les Houches se celebra todos los años el descenso de la Kandahar, prueba mítica del calendario de esquí alpino.

Para terminar la jornada que mejor que una agradable cena en uno de los 100 restaurantes que nos ofrecen una amplísima oferta que va de las especialidades alpinas a la cocina oriental, y una copa en uno de los innumerables bares amenizada con una actuación en directo.