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Cara a cara: ¿Ha perdido sus valores el Barça?

La Razón
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Ni rastro queda de ellos; Alfredo Duro

Si te soy sincero, querido Quim, admiro la fantasía e imaginación que echas al asunto para intentar convencerme a mí y al gran público de lo que estoy seguro de que tú no puedes estar convencido. Es tan grave la sucesión de hechos que se han cargado la imagen nacional e internacional del Barça que lo último que se me puede ocurrir es volver a recordártela. Una lista tan interminable como la de Schindler. Desde los «despistes» fiscales de jugadores y club hasta la patosa irrupción en una conferencia de prensa del rival dejando, además, el vestuario hecho unos zorros como se demostró en el vídeo que emitimos en «El Chiringuito» de Mega. No queda rastro de esos «valors» con los que se os llenaba la boca. Imagino lo que dirías si hubiera sido el Madrid el responsable de tamañas hazañas, pero hoy día, por desgracia para ti, el Barça tiene la exclusiva de los escándalos.

¿Fútbol?

Alguien tendría que explicar la razón por la que el Barcelona ha decidido dar la espalda a su tradición y se ha echado en brazos del independentismo. Ni ésa es la voluntad de la mayoría de sus seguidores ni tampoco del pueblo catalán. El Camp Nou se ha convertido en el lugar de encuentro del nacionalismo más radical. Allí ya no se va a ver jugar al fútbol. Al Camp Nou se va a ondear las esteladas que organizaciones que nada tienen que ver con el fútbol les regalan a individuos de los cinco continentes ante la total y absoluta pasividad del club, al que no le importa que su estadio sea un mitin de ideología única cada vez que hay partido. Un mitin excluyente que avergüenza a miles de culés. ¿Eso no es mojarse?

Y los jugadores...

Es evidente que nadie del club tiene ganas ni autoridad para parar los pies al vestuario cada vez que Piqué, Dani Alves, Neymar y compañía se levantan por la mañana con la sana intención de hacer el ridículo sin cortarse lo más mínimo. Bartomeu permite incluso que los jugadores le llamen por su mote de «Nobita» en los viajes de avión, por lo que nada se puede esperar del presidente. Me sorprende y mucho el papelón de Luis Enrique, consentidor de patochadas y quedando en evidencia como gestor del vestuario azulgrana. El entrenador permite lo que habría sido inimaginable en tiempos de Pep Guardiola. Un entrenador serio y que controlase la situación se habría dado cuenta hace tiempo que el liderazgo de Piqué se reduce a bromas de pésimo gusto y habría tomado cartas en el asunto. Admítelo Quim, tus valores son cenizas.

Más que unos valores; por Quim Domenech

El Barcelona es más que un club y eso, Duro, no va a cambiar. Sus valores son un ejemplo en todo el mundo y así seguirá siendo, aunque os pese a algunos. Ya sabemos que «la caverna» de la que formas parte tratará, por todos los medios posibles, de aprovechar cualquier excusa para desprestigiar la imagen del club catalán. Pero no todo vale, Alfredo. Y esta vez, con la historia de Halloween, os habéis superado.

Que siga la fiesta

La que has liado con el dichoso vídeo del vestuario azulgrana en Getafe. Pero ya te lo dije en «El Chiringuito» de Mega e insisto: te han utilizado Alfredo. Así, sin más. Tu querido amigo Ángel Torres, el presidente y aspirante a dirigir algún día el Real Madrid, quería sumar puntos entre el madridismo militante y filtró las fotografías para que el Barcelona quedara mal. El tiro le salió por la culata cuando, tanto Alves como Piqué, le contestaron. Sí, porque eso también forma parte de los valores del club azulgrana: no se toleran las falsas acusaciones. Pero luego debió pensar que con el vídeo que, gracias a tu inestimable colaboración salió a la luz, iba a poder demostrar algo. Pues ni con la ayuda de estudiantes de criminología o expertos en caracterización se ha probado que eso lo hicieran los jugadores del Barcelona. Así que tendrás que seguir con otra cosa. Que yo sepa, divertirse y celebrar Halloween disfrazándose no va contra ningún valor establecido. Y ya te lo dijo Piqué, volverían a hacerlo. Otra cosa es interrumpir la conferencia de prensa de un jugador del equipo rival y en este caso ya se han pedido disculpas. Porque este club también está a la altura cuando se equivoca.

Catalanismo

Con la apelación a la política tampoco pienses que vas a convencer a nadie. El catalanismo del Barcelona a estas alturas de la película no se negocia. Representa el sentir general del pueblo catalán y de todos sus socios, sin dejar a nadie al margen. Por eso cuando la UEFA no ha permitido la libertad de expresión en el Camp Nou, el club se ha rebelado contra la injusticia. Como cuando se ha acusado a los jugadores de manchar el vestuario. ¿Te suena? Y el mejor ejemplo de que éste es un club catalanista, pero tolerante, lo tienes en la presencia de Luis Enrique en el banquillo. Es un técnico de fuera de Cataluña, pero integrado, que entiende y respeta la cultura catalana y que, además, gana el triplete con un comportamiento ejemplar. Lo dicho, el Barça es y lo seguirá siendo el club de los valores.