Restringido
Cara a cara: ¿Hay jugadores que no representan los valores del Barça?
Algunos son el peor ejemplo posible; por Alfredo Duro
No te envidio la papeleta, Carme. Porque debe ser un trago amargo intentar defender el deplorable comportamiento que están teniendo jugadores cuyo grado de envalentonamiento y falta de respeto ha superado hace tiempo todas las cotas imaginables. Cuando Luis Suárez se burla, insulta y amenaza a los contrarios siguiendo el pésimo ejemplo de Piqué, es que algo anda mal en el Barça. Y cuando en plena escalada de provocaciones, Alves acaba tildando de basura a aquellos que nos dedicamos al periodismo es que el asunto se os ha ido de las manos. Vosotros habéis alimentado durante todo este tiempo a la bestia y la triste consecuencia es que los jugadores han desenmascarado la imagen real del Barça.
Doble moral
Ya no cuela la doble moral de Can Barça. No es de recibo reprobar a través de una nota los graves insultos de Alves y después poner el poderoso «aparato jurídico» del club a disposición del jugador. Es ya costumbre seguir suministrando munición al vestuario al mismo tiempo que se pone el grito en el cielo acusando a todo lo que se mueve de hostilidad y acoso. Ni en Barcelona os libráis ya de formar parte de esta fantasmal y gigantesca campaña conspiratoria contra un club que puede presumir de cualquier cosa menos de «valors». Es una peligrosa deriva. Piqué, Alves y Luis Suárez son un perfecto ejemplo de lo que un equipo como el Barça no debería permitir. Aún así, estáis dispuestos a tomar los más insospechados caminos para acabar dando por bueno lo que al resto nos parece un bochorno.
Valores de usar y tirar
No debe ser casualidad que, desde 1977, todos los presidentes del Barça hayan sido imputados o procesados por la Justicia. Que algunos de sus más ilustres jugadores hayan sido condenados por fraude fiscal. Que el cierre de su estadio tras gravísimos incidentes haya quedado en el olvido. Que su caprichosa retirada de la Copa del Rey no fuera sancionada... Se nos acumulan los ejemplos, casi todos recientes, para que a estas alturas lo último que nos sorprenda sea la facilidad con la que la institución ha deteriorado el significado de los auténticos valores. Este parece ser vuestro modelo. Si en algún momento estos jugadores han querido ser ejemplo de tus «valors», habrá que revisar el significado de palabras como: verdad, honestidad, justicia, integridad, compromiso... Baja a ese vestuario y comprueba que la riqueza material poco o nada tiene que ver con la riqueza espiritual. Empápate de realidad y que no te engañen más con valores de usar y tirar.
Pasad la fregona antes por casa; por Came Braceló
Para hablar de «valors», apreciado Duro, hay que ser catedrático en señorío y dar ejemplo de ello. Vaya eso por delante. Y me da a mí que cuando desde la capital insistís tanto en masacrar un concepto que abandera el Barcelona desde hace tanto tiempo, que le ha convertido en modelo y que le es reconocido en todo el mundo, es por algo más que por hacer crítica constructiva. Es pura envidia. Es no saber perder ni tampoco saber ganar. Una salida de tono en Instagram, reprendida al instante por el propio club y reconocido el error por el propio autor, no da para llenar tantas horas de radio y televisión ni tanto papel. Pero ahora, toca. Y toca porque hay que atacar al rival con lo que uno tiene más a mano cuando se carece de argumentos deportivos y cuando escuece –y mucho– una temporada tan brutal con repóquer de títulos y un Balón de Oro –otro– que hoy recogerá Messi. Cuando ello no es suficiente, se mima con rapidez al segundo equipo de la Ciudad Condal, le aparecen una maravillosa mayoría de amigos en la capital y se le convierte en víctima cuando es arte y parte.
Acción y reacción
Aún espero que otros clubes reaccionen a la misma velocidad que lo hizo el Barça ante dos palabras desafortunadas de un jugador. Con ello, la entidad azulgrana ha demostrado que aquí no vale todo. Fantástica reacción, apreciado Alfredo, y tan poco común en la zona geográfica en la que habitas que debe ser por ello que te causa tamaña sorpresa. Y como al Barcelona se le espera con las uñas afiliadas desde el minuto uno, faltó tiempo para querer llevar a Alves poco menos que a la cárcel de Alcatraz. Y ahí estuvo su club, apoyándole ante un nuevo ataque desmesurado. Otro más. Y van...
¿Señorío?
Se os ve venir desde muy lejos, querido compañero. Yo pensaba que con la llegada de vuestro «nuevo Guardiola» y el archirrepetido concepto «ilusión» ya os ibais a dedicar a arreglar lo vuestro, que bastante faena tenéis, y a hacer gala de ese señorío del que os llenáis la boca una y otra vez. En vez de echar porquería al de enfrente, pasad la fregona antes por casa. Y habladme un poquito de ese Florentino Pérez que se va merendando entrenadores y aguantando pañoladas del Santiago Bernabéu. O de ese vestuario que lleva años metido en incendios, cazando topos y con jugadores llegando a 200 kilómetros por hora a un entrenamiento, con graves problemas con la Justicia o que no celebran el «hat trick» conseguido por un compañero. Cuando quieras, hablamos de «valors», querido.
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