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Cara a cara: ¿Mereció el madrid ganar en el camp nou?

Cara a cara: ¿Mereció el madrid ganar en el camp nou?
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El Barça dio el golpe a la Liga; por Carme Barceló

El golpe. La rabia. El mazazo al más inmediato seguidor. El Barça se ha llevado el clásico de la mano, aunque no de paseo, en un partido en el que el Real Madrid tuvo más control en la primera mitad, pero se desfondó después. Ésa es la clave. El que quiere ser grande no debe perdonar. Y los blancos lo hicieron. Cristiano tuvo el empate en sus botas, se sucedieron las oportunidades madridistas ante un Barça grogui... pero no supo. Ni pudo. Y así se escribe la historia. Llega arriba el que sabe cerrar el partido, el que da primero, el que da dos veces y el que se rehace tras el bajón. El equipo de Luis Enrique se dio un par de palmadas en las mejillas, espabiló y remató.

Ganar

Rabioso te veo. Y poco frío ante la realidad tozuda de un equipo, el Barça, que está haciendo una segunda vuelta memorable frente a los bajones del Real Madrid. ¿Sabes lo que pasó ayer? Echarle un par de narices, por escribirlo fino. Tras una primera parte para olvidar, meneado por el Madrid, el conjunto azulgrana se vino arriba más allá del dominio del balón, del toque y de las filigranas. Como dijo Mascherano, «el fútbol es todo». Ello define a la perfección lo que es hoy el Barça: un equipo capaz de ganar en contextos muy distintos.

Piqué y Suárez, geniales

Me da la risa oyéndote hablar de un Barça «mourinhizado» cuando el Madrid vive entre el deseo, el recuerdo y los males heredados del portugués. Lo voy a dejar ahí porque me apetece más destacar a un Piqué inconmensurable, el mejor central de la Liga, en contraposición a un Sergio Ramos que erró en el primer gol del Barça y que lleva varios meses perdido en sí mismo. Suárez marcó, jugó y luchó. Estaba gordo, era un fichaje de chirigota, no valía un pimiento... Ahí lo tienes. Cierro este artículo reconociendo que no hemos visto el mejor fútbol del FC Barcelona, pero sí las mejores soluciones y la impresionante casta de sus jugadores. Un gran golpe. El golpe.

Fue mejor y está más vivo que nunca; por Alfredo Duro

No te esfuerces en disimular la rabia y decepción que supone para ti y los tuyos haber desperdiciado la oportunidad de haber goleado al Real Madrid. Me dirás ahora que lo importante era el resultado. Que el Barça no se fiaba. Pamplinas. Intento imaginar la tremenda frustración que todavía te atormenta después de la exhibición de fútbol que durante tantos y tantos minutos ofreció el Madrid y sólo puedo sonreír. Sonrío porque el madridismo está más en pie que nunca, disfrutando del inicio de la definitiva recuperación hacia los triunfos de siempre. Pensabas que acabar con la resistencia del Madrid era simple cuestión de palabrería. Ni te imaginas lo que os queda por sufrir...

Un buen partido

La realidad es que el madridismo esperaba un buen partido y lo tuvo. Esperaba que el Madrid diera un golpe en la mesa y acudiera a la llamada de su gente. Y así ha sido. Lo ha hecho porque, entre otras cosas, la recuperación de jugadores clave, como Sergio Ramos y Modric, le permiten volver a desarrollar el caudal de fútbol que ya vimos durante los primeros cuatro meses de la temporada. Incluso Ancelotti ha tirado de memoria para recuperar la mejor versión de Bale en aquello en lo que el galés es más necesario para el equipo. Cristiano marcó, Marcelo deslumbró y todos, sin excepción, estuvieron a la altura mientras las fuerzas aguantaron.

Un único argumento del Barça

Tan inverosímil ha acabado siendo el resultado como esta versión «mourinhizada» de un Barcelona que sólo ha tenido un argumento: el contraataque. En esto os habéis convertido cuando más de medio Barcelona había decidido celebrar por anticipado una posible goleada. Ya no te quieres acordar de ese juego preciosista de toque y posesión con el que durante años nos habéis dado la tabarra. De ese fútbol de dominio del balón y de los espacios. Seguramente porque esa versión, muy a tu pesar, vistió ayer de un blanco inmaculado que envió el mejor mensaje posible en el escenario más hostil. El Madrid esta aquí de nuevo.