Casillas: «Seguiré en el Madrid hasta que mi cuerpo me lo permita»

Casillas salió a entrenar con el resto de porteros cuando el Bernabéu aún estaba vacío. Vecchi le probaba en una de las porterías móviles, mientras los dos guardametas hacían ejercicios juntos. Hacía mucho que Casillas no se sentía como ayer. Desde principio de año, por lo menos, la última vez que fue titular en el campo donde lo ha sido los últimos años. Jugó unos minutos en Estambul, pero la mala suerte le impidió llegar al cuarto de hora. Ayer disputó todo el partido. Ayer le cambió la suerte: «Cuando llevas tanto tiempo sin jugar te pasan muchas cosas por la cabeza, porque al fin y al cabo eres un ser humano. Mi ilusión es estar en el Real Madrid hasta que el cuerpo y la cabeza me lo permitan. Llegará un momento en que tenga que salir de aquí o dejarlo, pero a día de hoy mi objetivo y mi idea es seguir aquí», aseguró ayer el guardameta del Madrid tras un largo silencio.

De verde, como capitán, cambió banderines con el capitán rival y se dirigió al fondo sur, un lugar inhóspito hasta hace nada para el portero. Siguiendo un ritual que casi había olvidado, Iker se paró frente al punto de penalti, fuera del área, y avanzó recto hacia el centro de la portería. Ese recibimiento quizá iba a medir la tensión el resto del partido. Casillas alzó las palmas, miró y aplaudió. El fondo sur del estadio le respondió con una ovación. «No ha habido campaña contra mí. Es normal que la gente te mire con lupa cuando llevas aquí tantos años. Pero hay que respetar la opinión de todos. El club me ha respaldado», añadió.

El portero sabe que le toca jugar en la «Champions» y quedarse en el banquillo en la Liga: «La competencia es fenomenal porque ahí ganamos todos. Te hace apretar más los dientes. Sí, hay que competir por un puesto, pero todo es en beneficio de la plantilla. Lo que importa es eso y estar en Cibeles a final de año».

El encuentro transcurrió con tranquilidad, menos un córner en la primera parte, en el que salió mal y Modric salvó el tanto en la línea y dos ataques al final del partido del Copenhague, cuando ya perdía por 4-0. Paró un mano a mano y voló Casillas, como toda la vida y el público se encendió. Fue como un reencuentro de dos amigos que hace tiempo que no se veían. Felices de volver a verse y comprobar que nada ha cambiado, que Casillas para como paraba ayer :«He estado débil, me he sentido débil. He estado en boca de todo el mundo y no quería. Yo lo que quiero es jugar al fútbol y en el Madrid».