Polémica
Caso Rubiales: estos son los ejemplos donde un superior ha sido condenado por besar a su empleada
Los hombres que pelearon por su inocencia ante un beso sin consentimiento no consiguieron tener un buen resultado
El beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso tras ganar el Mundial de fútbol femenino también marca un antes y un después en este tipo de acontecimientos. Es la primera vez que un presidente de una Federación da un beso -al menos de manera pública- a una jugadora. De momento, tanto la FIFA como el gobierno español ya tomaron cartas en el asunto. El máximo organismo del fútbol internacional le ha inhabilitado durante 90 días de cualquier actividad deportiva. Mientras que el CSD espera una respuesta del TAD.
Para encontrar casos similares a estos hay que buscar en otros empleos y de manera totalmente anónima. Un jefe de planta que trabajaba en una empresa de reciclaje de residuos fue despedido en 2021 tras ser acusado identificado haber cometido un acoso sexual por unos intentos de besos que la trabajadora evitaba. En el caso de Rubiales la diferencia se encuentra en la propia versión del presidente inhabilitado, donde defiende que el beso "fue consentido". Este es el matiz que puede ayudar a Luis a no ser declarado como culpable de una posible agresión sexual.
El último vídeo filtrado de la selección española femenina dos horas después de ganar el Mundial ayuda a ratificar que en ese momento las jugadora no era consecuente de lo sucedido. En las imágenes se aprecia a Jenni bromeando sobre el asunto del beso junto a sus compañeras e incluso comparando ese gesto con el de Casillas y Sara Carbonero.
Otro caso que también se comentó de manera pública fue el de un jefe de una empresa química en Sudáfrica. Una empleada denunció que intentó besarla. Pese a que el empresario intentó luchar en los tribunales por su inocencia terminó siendo condenado por acoso sexual. La sentencia afirmaba que ese beso se produjo sin ser consentido o tolerado por quien lo recibe.
El caso más reciente fue el de un trabajador de un hotel en Canarias que acabó siendo despedido en 2018 por haber intentado besar en un ascensor a una empleada. La mujer comunicó al supervisor los hechos y los denunció ante la Guardia Civil. Al igual que en los anteriores ejemplos, el hombre intentó pelear en los tribunales que no se trataba de un acoso sexual, pero resultó ser todo lo contrario.
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