Fórmula 1
A rueda: Alonso quiere libertad
El fracaso duele. Mucho. Y más en alguien con una personalidad tan ambiciosa y competitiva como la de Fernando Alonso. Por eso el asturiano quiere dejarlo todo atado y bien atado antes de estampar su firma en un papel. En cualquiera. Ya sea para renovar con McLaren, hacer las américas o comprarse un casco. Se acabó. No quiere más experimentos, más sinsabores, más derrotas. Tiene 36 años y el tiempo de ganar el soñado tercer título se evapora, es ley de vida. Alargar tanto el anuncio de su decisión tras haber roto el vínculo entre McLaren y Honda para dar paso a Renault, su viejo compañero de victorias, sólo puede obedecer a su obsesión de luchar por el Mundial. Y a la libertad, algo básico para Alonso en este momento. Las 500 millas de Indianápolis y las 24 horas de Le Mans son parte de la negociación, quiere tener la opción de disputarlas este año. También está encima de la mesa la posibilidad de firmar un contrato corto, posiblemente de un año, no quiere estar encadenado a un proyecto de tres temporadas como el que firmó con McLaren-Honda. Quién sabe, igual Hamilton se retira tras ganar un hipotético quinto Mundial.
Hamilton, leyenda
Lewis tiene el cuarto título a un paso. El malo que nos vendieron en aquella película, la de 2007, con Alonso en el papel de héroe, se está convirtiendo en un piloto legendario. Su victoria en Japón y el abandono de Vettel le ponen el Mundial a tiro. Incluso podría ser ya campeón en Austin, en el próximo GP. Igualaría al propio Sebastian Vettel y a Alain Prost, superaría al mito Ayrton Senna (tres) y se quedaría a un título de Juan Manuel Fangio. Los siete Mundiales de Michael Schumacher parecen inalcanzables. O no. Porque el binomio Mercedes-Hamilton parece imbatible. Si ese coche lo cogiera Alonso en 2019...
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