Automovilismo

El balneario de Fernando

El balneario de Fernando
El balneario de Fernandolarazon

Toalla, agua calentita y mucho masaje: así se imaginan los más suspicaces la andadura de Fernando Alonso en el Mundial de Resistencia. Piensan que se trata de un balneario al que se ha apuntado el asturiano con el objetivo de mitigar las penurias de los últimos años, una competición de chiste en la que Fernando llevaría un bólido y los demás un coche de juguete. Una broma, vaya. Pues se equivocan. Alonso no se va a llevar este Mundial de calle, la Resistencia son carreras duras e imprevisibles, los demás coches compiten al límite y los pilotos se juegan la vida. Ayer, Fernando acabó segundo porque, entre otras cosas, no tenía el coche más rápido ni el mejor reglaje, y eso es un aviso para lo que queda de campeonato. Ya se llevó un palo en la carrera de Silverstone, donde su equipo fue descalificado por irregularidades. Alonso, entonces, puso buena cara. Pero las dificultades de ayer y la superioridad del otro Toyota, que ganó, le han puesto en situación de alerta. Incluso desde el equipo le pidieron por radio que no tomara demasiados riesgos. Y eso para él es casi un insulto. Alonso no se está pegando una paliza de interminables viajes compaginando dos campeonatos (WEC y F1) para acabar segundo. Está aquí para ganar y continuar su hoja de ruta.

Fernando tiene previsto anunciar en un mes cómo será su 2019. Con la F1 aparcada (sigo manteniendo que volverá), toca saber si disputará el campeonato de la IndyCar completo o sólo las 500 millas de Indianápolis, su gran objetivo. Además, disputará las pruebas restantes del Mundial de Resistencia. Y no descarten alguna sorpresa más. Salvo los Rallies, que ya ha desestimado porque no se adaptan a sus características, Alonso está dispuesto a conducir cualquier cosa que tenga cuatro ruedas. Es insaciable.