El chiringuito de Pedrerol: ¿Y ahora qué, señor alcalde?

Según una inspección de diciembre de 2013, existen deficiencias de seguridad en Balaídos que no se han arreglado en tres años. ¿Ha corrido peligro el público?.

La suspensión del Celta-Real Madrid va más lejos del desprendimiento de una parte de la cubierta del estadio. Mucho más allá. El debate no está en si se podía haber reparado esa Grada de Río del municipal de Balaídos el mismo domingo, que había poco viento. Tampoco está el debate en si el alcalde se precipitó. Ni en el papel del Celta jugando en un estadio que es propiedad del ayuntamiento. No busquemos el debate en si Javier Tebas tardó mucho o poco en actuar. Incluso tampoco en si el Celta debería tener un campo alternativo como pone el reglamento. Ni lo más importante es debatir sobre si el Real Madrid es el gran perjudicado porque el Celta iba a hacer rotaciones y a jugar con suplentes. O sobre los lógicos lamentos del Deportivo Alavés, que se jugará un pase a la final de Copa con menos descanso que el Celta. No. Aquí no hay debate.

Responsables

Lo importante en un asunto tan grave es buscar responsables. ¿Por qué durante al menos los últimos tres años se ha jugado en un Balaídos que estaba en pésimas condiciones? Entiendo la posición del alcalde, pero... ¿por qué ahora y no mucho antes? ¿Podía el edil garantizar la seguridad de los aficionados que han acudido al campo del Celta desde esos tres años atrás? ¿Y qué hubiera pasado si el temporal azota a esa cubierta destartalada y en un estado deplorable... en pleno partido? ¿De qué nos estaríamos lamentando si el viento hubiera arrojado esas placas de uralita al césped o a la grada durante el pasado Celta-Madrid de Copa o en cualquier otro encuentro? ¿Qué medidas de seguridad tomó el ayuntamiento de Vigo para evitar ese riesgo? Es muy fácil suspender el encuentro ahora, con agujeros en el techo del campo. Normal. Estás obligado a hacerlo. Pero debió hacerse mucho antes.

Que dé explicaciones

El alcalde de Vigo tenía una reforma fantástica planeada para Balaídos. Quería hacer el campo más bonito del mundo, seguro que la ciudad lo merece. Pero durante tres años, ¿ha habido peligro para la gente que iba a Balaídos? Jóvenes y mayores, hombres y mujeres, abuelos, padres e hijos.... ¿pusieron en riesgo su integridad física para animar a su Celta? Hay que explicar muy claramente lo que ha ocurrido, porque lo que se deduce de todo esto es una dejadez preocupante e imperdonable. El edil tiene que aclarar por qué sabiendo que el estadio celeste estaba prácticamente en ruinas, no se ha hecho nada para garantizar la seguridad de miles de celtiñas.

Un informe contundente

Hay un informe de diciembre de 2013 que es demoledor. Habla de la Grada de Río, sí. Alerta sobre la «corrosión y oxidación» de las chapas de la cubierta, de «filtraciones de agua» y de «daños en la impermeabilización». Pero también habla de «humedades y filtraciones en la estructura y cimentación del estadio» o «paneles con roturas y anclajes defectuosos, fisuras y grietas en la fachada». ¿Es suficiente arreglar el tejado, señor alcalde? ¿O nos vamos a dar un susto más que desagradable cualquier día de estos con un bloque de hormigón que se desprende, un escalón que se hunde o una barandilla que se suelta? Estaría bien que diera una rueda de prensa y nos explicara a todos si los aficionados pueden acudir tranquilamente a Balaídos a ver al Celta. ¿Ahora qué, señor alcalde? La pelota está en su tejado.