Atlético de Madrid
Entiendo la revuelta de los sentimientos
Decía Simeone ayer en vísperas del partido de esta noche ante el Villarreal que el mundo evoluciona, también me lo dice Pipi, y es verdad. Tan cierto como que los cambios en un símbolo que es querido, que es amado, que forma parte de los sentimientos, provocan rechazo justificado y necesitan tiempo para ser asimilados. Algo de todo ello está pasando con la admirable afición del Atlético, dividida por el nombre del estadio (ese Wanda Metropolitano que pretende maquillar tradición con modernidad cuando se trata de flujo de caja desde China), y también por el cambio de escudo. Entiendo el enfado de quienes no lo ven bien, «Wanda huevos».
Calderón y El Sabio
Estamos ante la revuelta del escudo, de los sentimientos de parte de la masa social rojiblanca a tenor de las encuestas que he visto. Porque el debate es inevitable: el escudo se ha modificado bastante y admite matices (incluso si debato conmigo mismo), pero en el nuevo estadio no aparecen ni los nombres ni apellidos de don Vicente Calderón ni de don Luis Aragonés, que podrían haber estado en el bautizo. Eso sí, una de las avenidas que lo bordearán recordará al Sabio. Así que tiempo al tiempo y ahora a aplicarse en lo que dijo el Cholo en la presentación de la modernidad: «Lo que hay que hacer es ganar el próximo partido».
Debate a debate
Falta hace, porque la irregularidad del Atlético de este año está provocando dudas. Y no es plaza fácil El Madrigal, que apunta a llamarse también en el futuro Estadio de la cerámica... Un partido sugerente porque el «submarino amarillo» de Fran Escribá juega muy bien al fútbol y es una amenaza directa. Hoy toca partido a partido, mientras la afición anda a vueltas con el escudo y con el estadio... debate a debate.
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