Exhibición española en la despedida de Valverde

Alejandro Valverde ganó su último esprint. Una victoria simbólica que celebró con un saludo a la afición que lo ovacionaba en la llegada. Lombardía era su última carrera, sus despedida a los 42 años. Un homenaje al que llegaba con la intención de dar algo más que un paseo. Había sido ya tres veces segundo y soñaba con despedirse a lo grande, con un monumento.

Todo giraba a su alrededor. Antes de comenzar la carrera, el pelotón hizo un pasillo para él y para Nibali, igual que habían hecho en la última etapa de la Vuelta, aunque esta vez era el italiano el que jugaba en casa.

También era el último día para Nibali, pero el Tiburón ya no llegaba en condiciones de competir por la victoria. Alejandro sí, y estuvo con los mejores casi hasta el final. Hasta que Pogacar rompió la carrera en el ascenso al Civiglio, la penúltima subida del día. Y con él sólo se fueron Enric Mas y Mikel Landa.

Era el homenaje a Valverde, pero Enric y Mikel querían decirle que se puede ir tranquilo, que están ellos y los que vienen detrás para guardar la casa. A Landa le fallaron antes las fuerzas para aguantar el ritmo de Pogacar, que aleteaba con el brazo para pedir un relevo.

Pero Landa no quería darse por vencido. Volvió a unirse a los dos de delante y ése fue el momento que eligió Enric Mas para atacar. Los kilómetros que quedaban se convirtieron en una persecución entre Mikel y sus dos rivales. Un ir y venir de emociones en el que Valverde se quedaba atrás, sin que hubiera entendimiento en su grupo para perseguir a los de delante.

Cansados de esa dejadez, Higuita y Carlos Rodríguez se lanzaron en busca de una oportunidad. Ya eran tres españoles entre los cinco primeros.

Pero el ritmo de Pogacar y de Mas era demasiado para todos. Era una pelea de igual a igual. Enric ya se había demostrado en el comienzo de la semana que podía ganar al esloveno. Tenia las fuerzas y la fe para aguantarle. Aunque en la llegada era difícil competir. Pogacar es más rápido y aunque Enric lo entregó todo, su rival fue muy superior en el esprint. Landa miraba desde el fondo cómo se peleaban por la victoria Mas y Pogacar.

La victoria era para el esloveno por segundo año consecutivo. A su lado, dos españoles en el podio. Por detrás, Carlos Rodríguez perdía el esprint por la cuarta plaza y Alejandro ganaba el suyo por la sexta. Cuatro españoles entre los seis primeros para despedir al Bala. La última carrera. Los últimos aplausos.

Valverde: «Me voy con tristeza por despedirme con el gran nivel que tengo»

«Satisfecho. Me voy de este Lombardía con ilusión por el futuro; tristeza, por despedirme de esta manera, con el gran nivel que tengo; pero sobre todo, muy contento, por el gran equipo que hemos demostrado volver a ser, luchando hasta el final y trabajando de 10», decía Alejandro Valverde después de terminar el Lombardia.

«Gracias a todos mis compañeros y enhorabuena a Pogacar y a Enric, que ha logrado un gran segundo puesto y ha vuelto a estar muy, muy bien. Me voy feliz por haber cumplido 21 años de profesional y disfrutado de grandes cosas. Ahora damos paso a los jóvenes, esperando que disfruten también haciendo grande a este deporte», añadía.

«Creo que hoy podemos marcharnos muy satisfechos con este podio. Es un día triste, por ser “la última Bala” de Alejandro, pero también un día muy feliz, porque hemos terminado segundos tras Pogacar en un Lombardía, en un Monumento. Paso a paso seguimos creciendo y estoy muy feliz por ello», afirmaba Enric Mas, que llegó vacío a la meta.

«He dado todo en ese sprint, pero lo había probado también con todo tanto en Civiglio como en el último San Fermo. Pogacar ha estado muy fuerte y he tenido que conformarme con dar mi máximo en el sprint, donde ha sido superior. Me gustan mucho Lombardía, Lieja, San Sebastián… Creo que tengo potencial para pelear el triunfo en carreras de un día de ese tipo y en los próximos años pelearemos por añadir ese Monumento al palmarés», reconocía.