Tour de Francia

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El Tour de Francia, a examen: Sky para rato o... Dumoulin

El dominio del equipo británico exigirá más valentía por parte de sus rivales. El holandés es la alternativa más fiable

Tom Dumoulin, Geraint Thomas y Chris Froome en el podio del Tour ayer en París. EFE/EPA/STEPHANE MANTEY / POOL
Tom Dumoulin, Geraint Thomas y Chris Froome en el podio del Tour ayer en París. EFE/EPA/STEPHANE MANTEY / POOLlarazon

El dominio del equipo británico exigirá más valentía por parte de sus rivales. El holandés es la alternativa más fiable

¿Está matando el Sky la emoción del Tour?

Sí. Tienen el mejor de los equipos posibles y, corredor que destaca en cualquier otro, corredor que fichan a golpe de talonario. Pero la culpa no es suya. Ellos hacen su carrera y juegan sus bazas. En todas sus victorias en el Tour hay una estrategia clara: hachazo en la primera jornada de montaña y después, a mantener la renta conseguida gracias a la fortaleza del bloque y esperando a la llegada de una crono en la que siempre, todos (Wiggins-Froome-Thomas) son muy superiores. El Tour diseña recorridos que buscan ponérselo difícil a aquellos corredores o equipos que dominan y en las últimas ediciones cada vez incluyen menos kilómetros contra el reloj para que no marquen tantas diferencias. Con un escenario así, son el resto de corredores los que tienen que tirar de valentía para probar desde lejos buscando la gesta y quitándose el miedo a perder un tercer, cuarto o quinto puesto ante la remota posibilidad e poder ganar. Si no lo hacen así, seguiremos teniendo dominio del Sky durante años.

¿Ha sido tan sorprendente el triunfo de Geraint Thomas?

Sí y no. Se veía venir, cada año iba creciendo y ya la pasada temporada el Sky le dio su confianza poniéndole como jefe de filas junto a Mikel Landa en el Giro, donde se terminó cayendo y retirándose. Ha sabido aprovechar su gran momento, con un Froome pagando los esfuerzos del Giro y de un invierno difícil por su positivo por salbutamol, para erigirse como gran líder y sacar toda su potencia y clase. De su lado ha tenido ese gran Sky que ha bloqueado la carrera y lo ha llevado en volandas a París. Quizá sin Egan Bernal, Kwiatkowski, Castroviejo y el propio Froome, hubiera tenido que responder a más ataques y no le habríasido tan fácil controlar las etapas de montaña.

¿Cuál es el balance de la participación española?

Lo mejor, el triunfo de etapa de Omar Fraile que le confirma como ciclista de gran olfato y perfecto para clásicas e incluso mundiales. No será la primera. El Movistar ha hecho una carrera correcta. Los hombres de equipo como Imanol Erviti o Andrey Amador han demostrado que son dos de los mejores gregarios del mundo. Alejandro Valverde no ha disfrutado como otros años, el tiempo pesa, pero sigue siendo combativo. Mikel Landa nos dejó con las ganas de más. Su caída le lastró demasiado, aunque pudo levantarse a tiempo para ofrecer un bonito y valiente espectáculo en el Tourmalet. El Tour es su carrera y debe volver para intentar ganarla. Muy remarcables también las actuaciones de Ion y Gorka Izagirre. Se vuelven a casa sin un premio que hubiera sido más que merecido después de haber estado un montón de días en la pelea por las etapas, en las fugas y disputando hasta el final. Iban como gregarios de Nibali y, con su abandono se echaron el equipo Bahrain Merida a las espaldas.

¿Cómo quedan el Movistar y su trío pensando en la Vuelta?

Con ambición y ganas de revancha. Las expectativas en el Tour eran muy altas y no han logrado satisfacerlas. Ni tampoco a ellos mismos. La Vuelta tiene que ser la carrera en la que se reivindiquen como el gran equipo que son.

¿Está Froome en condiciones de volver a ganar un Tour?

Sí. Llegó a éste con tres grandes vueltas seguidas a sus espaldas. Corridas y ganadas. Y un invierno nada tranquilo con su positivo, que le tuvo en vilo hasta dos días antes del comienzo el Tour. Y aún así ha sido tercero. No hay motivos para pensar que su ciclo haya acabado.

¿Pueden Dumoulin y Roglic pensar en dar el salto para ganar en París?

Sin duda, especialmente el holandés. Este Tour le ha servido para darse cuenta de que las expectativas puestas sobre él son más que una realidad. Pero, al igual que Froome, venía de correr el Giro (y ser segundo) y eso también le ha pesado. A pesar de eso fue capaz de ganar la última crono, una etapa en la que cuenta más la frescura que la especialidad en la modalidad. Ya ha anunciado que el año que viene va a centrarse tan sólo en el Tour, algo que quizá tenía que haber hecho ya este año. Es el gran rival de los Sky. Se defiende en montaña, es frío y no se deja llevar por las emociones y es muy fuerte en contrarreloj. Si alguien puede ganarles es él. Pero necesita un equipo más fuerte a su alrededor. Roglic era el gran tapado y ha demostrado con creces que ha venido para quedarse. Sus triunfos en la Vuelta al País Vasco y el Tour de Romandía no fueron casualidad. Un corredor muy sugerente para el mercado de fichajes. Un pequeño salto más en montaña (muy acorde a su anterior dedicación a los saltos de esquí) y podrá estar disputando el Tour o la Vuelta. El Giro es demasiado explosivo para él.