
Vuelta a España 25. Etapa 18
Ganna se lleva la victoria en una contrarreloj pacífica
Valladolid recibió a la Vuelta con todo el circuito vallado y gran cantidad de policía. Almeida recorta diez segundos a Vingegaard

Una señora pasa por la Avenida Miguel Ángel Blanco de Valladolid y llama «asesino» a un corredor del Bahrain que preparaba la contrarreloj. Veteranos y jóvenes, da igual, portan pancartas que recuerdan el genocidio de Israel en Gaza y piden libertad para Palestina con banderas y cánticos que se repiten a lo largo del recorrido. A lo largo de la Vuelta.
Protestas pacíficas, la mayoría, en un recorrido vallado completamente para evitar incidentes, invasiones de la calzada que puedan atentar contra la seguridad de los corredores y alterar el resultado deportivo, las dos cosas que más preocupan a los corredores. Hay más policías que ciclistas alrededor del autobús del Israel, que ha preparado la contrarreloj «con normalidad», dicen. Esperaban que el recorrido recortado por las calles de Valladolid favoreciera a Riccitello, su hombre en la general, el segundo en la clasificación de los jóvenes. No estuvo entre los mejores, pero consiguió
El grito de «asesino» se repite al paso de cada ciclista, da igual que sea del Israel o no. Todos reciben el mismo castigo. Y si no el de asesino el grito es de «cómplice» al paso de los ciclistas.
Silencio, banderas y pancartas es lo que queda entre el paso de un ciclista y otro. Banderas que se multiplican en la llegada, aunque no afectan a lo que sucede en la carretera.
Ahí, Filippo Ganna se lleva la etapa. El mejor especialista del mundo contra el reloj hizo un final espectacular en el último tramo del paseo Zorrilla. No le hizo falta marcar el mejor tiempo en ninguno de los pasos intermedios. Lo importante era ser el más rápido en el paso por meta junto al Campo Grande de Valladolid. Y allí nadie pudo con Ganna, aunque Jay Vine estuvo sorprendentemente cerca. Sólo un segundo los separó en la línea de meta.
Ganna hubiera podido mostrar con más contundencia su autoridad en el circuito original, pero agradecía el recorte. «Es el mejor recorrido para la seguridad, ha sido la mejor solución. La organización ha hecho un buen trabajo, he visto mucha policía por todo el recorrido. Visto lo sucedido en las últimas semanas es bueno competir en un día tranquilo».
La seguridad importa más que la clasificación a estas alturas de la Vuelta, pero Vingegaard y Almeida siguen peleando por el rojo final en Madrid. En Cibeles o en donde sea. El portugués recortó diez segundos en la pelea y la diferencia se queda en 40 con la Bola del Mundo por delante. «Una pena que no hayan sido 27 kilómetros en lugar de 12», se lamentaba Joao Almeida del recorte después de terminar la contrarreloj.
Vingegaard, al que se le ve con peores piernas que al portugués a estas alturas de la carrera, salvó el día y el maillot rojo. «Lo he llevado muchos días y espero conservarlo hasta Madrid», reconoce. «Creo que mi momento de forma es bastante bueno, no he estado en mi mejor momento en la última semana, pero la respuesta definitiva llegará dentro de dos días», explica.
El danés no se sintió incómodo en ningún momento durante el circuito por el que discurría la contrarreloj y que había reconocido en tres ocasiones y una más virtualmente. «Me he sentido muy seguro en el recorrido, no he sentido inseguridad en ningún momento», afirma el líder de la Vuelta. Tras las vallas esperaban los gritos. Palestina libre y la Vuelta, también.
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