Vuelta a España 25

Javier Guillén: "No tenemos otro plan que no sea acabar en Madrid"

La Vuelta vive su edición más complicada de este siglo. Su director, Javier Guillén, asegura que ningún equipo ha amenazado con marcharse y que la etapa de Madrid "no peligra"

AVILÉS (ASTURIAS), 06/09/2025.- Manifestantes muestran su apoyo a Palestina y su rechazo a la participación del equipo Israel Tech durante la decimocuarta etapa de la Vuelta ciclista a España que se disputa este sábado sobre 135,9 kilómetros en Asturias con comienzo en Avilés y final en las duras rampas del Alto de la Ferrapona, en los lagos de Somiedo. EFE/Javier Lizón
Manifestantes protestan ante un coche de la organización de la VueltaJavier LizonAgencia EFE

«Lo que me preocupa es que los corredores puedan desarrollar su trabajo sin ningún problema. Eso me genera preocupación, miedo a que pase algo, pero lo que queremos es que no pase», dice Javier Guillén, el director de la Vuelta a España, que vive su edición más difícil desde que asumió el mando de Unipublic, la empresa organizadora de la carrera, en 2009.

Ahora preocupa la etapa final en Madrid. «L’Equipe» publicó el domingo que se suspenderá esa etapa y la Vuelta acabará el sábado en la Bola del Mundo. Una noticia que fue desmentida inmediatamente por la organización y retirada poco después de la web del diario francés.

«La etapa de Madrid no peligra en ningún momento y trabajamos en ese escenario. Predecir el futuro es imposible, pero desde luego en el presente que nosotros tenemos, en Madrid están todos nuestros planes. Y, además, no tenemos otro plan que no sea Madrid», tranquiliza Guillén. «A mí me preocupan todas la etapas, tengo la misma preocupación en todas, la misma concentración, la misma intensidad», añade.

La Vuelta se vive con preocupación desde dentro. El domingo, dos corredores –Javier Romo, del Movistar, y Edward Planckaert, del Alpecin– se fueron al suelo después de que un manifestante amenazara con abalanzarse sobre el pelotón y un guardia civil cruzara por delante de los corredores para intentar detenerlo. «Esa caída puede ser mala para el corredor, pero también es peligrosa para el público e incluso para la propia persona que la provoca», reflexiona Guillén. «Es un gran disgusto también», añade. «Un pelotón a 70 por hora es peligrosísimo, eso te arrolla y no quiero ni pensar lo que puede pasar. Y las consecuencias en el pelotón son exactamente igual de dramáticas», afirma.

El miércoles anterior, la organización se vio obligada a suspender los últimos tres kilómetros de la etapa que acababa en Bilbao y declarar la etapa desierta, sin ganador, por el riesgo de invasión en la llegada. «Al final pues fue todo muy desagradable. Sobre todo porque todo el mundo se quedó con un gran disgusto: la ciudad, nosotros... Hubo que tomar una decisión deportiva que creo que salió bien, pero desde luego, ese final, yo creo que la Vuelta, el ciclismo, el público que nos acompaña no se lo merecían», comenta Guillén.

Las protestas por la presencia del equipo Israel se repiten, pero el director de la carrera no encuentra un motivo para que sucedan en la Vuelta y no en otras carreras. «No, no lo encuentro, pero es que eso me obligaría a analizar qué pasa en otras carreras y qué pasa en otros países. Tampoco es cuestión de analizar. No sé qué puede tener que ver, pero aquí sí que existe una gran movilización en torno a este tema», asume.

«Nosotros lo que tenemos que hacer para que las etapas se puedan desarrollar es primero que todo aquel que quiera manifestar que por supuesto que lo haga, pero que lo haga pacíficamente. Segundo, trabajar en la seguridad de los corredores para que puedan correr de forma normal y tercero, que todo lo que envuelve a un desarrollo normal de la vuelta pues lo sigamos haciendo y que no nos veamos afectados por las tensiones que estamos viviendo», asegura Guillén. La Vuelta hace su trabajo y ningún equipo ha amenazado con marcharse. «Eso tiene unos cauces, pero nadie nos ha dicho ‘‘así nos seguimos’’. Honestamente no, pero en ningún caso se nos ha planteado, ni de forma individual ni de forma colectiva», explica.

Desde el coche de director de carrera, Guillén no ha pasado miedo "en lo personal". "Paso preocupación, paso inquietud, lo que me preocupa es que los corredores puedan desarrollar su trabajo sin ningún problema. Eso me genera preocupación, miedo a que pase algo", explica. La Vuelta más difícil.