Ciclismo

Kenia

Nibali, el campeón entre las caídas

Mientras los otros favoritos cayeron víctimas del Tour más accidentado de los últimos años, el italiano Vincenzo Nibali sobrevivió pese a pasar en varias ocasiones muy cerca de la desgracia.

Hasta en tres ocasiones, el "Tiburón de Messina"ha pasado cerca de las caídas, pero ha sobrevivido gracias a su pericia o a la famosa suerte de los campeones.

La 101 edición de la ronda gala comenzó marcada por la caída del esprinter británico Mark Cavendish, en la primera etapa, que acababa en su país.

Nibali ha visto cómo se marchaban, víctimas de las caídas, los dos principales favoritos del Tour. Primero fue el británico Chris Froome y, más tarde, el español Alberto Contador.

El defensor del título se fue al suelo en la cuarta etapa, cuando apenas se habían disputado 8 kilómetros del trayecto que llevaba desde Le Touquet a Lille.

El ciclista nacido en Kenia sufrió heridas en el costado izquierdo, en particular en la muñeca. Pudo volver a subir en la bicicleta y terminar la etapa.

Pero las secuelas se notaron al día siguiente, entre Ypres y Arenberg, una dura etapa marcada por los tramos de adoquines y que el clima lluvioso y frío se encargó de endurecer todavía más.

Froome apenas podía sujetar el manillar de su bicicleta y volvió a caerse dos veces. Tras la segunda decidió no continuar su calvario y abandonó la prueba.

El británico del Sky firmó así un nuevo capítulo de su trágica temporada, en la que también se cayó en la Dauphiné cuando iba de líder, lo que le privó de la victoria final.

Mientras Froome se retiraba antes de llegar a los "pavés", la etapa estuvo marcada por las múltiples caídas, pero Nibali se mostró glorioso entre los adoquines, quedó segundo y logró una importante renta con sus principales rivales.

Desprovisto del vencedor de la edición anterior, el Tour se convirtió en un cara a cara entre Nibali y Contador, con algo más de 2 minutos y medio de ventaja para el italiano.

En la décima etapa, la tercera del macizo de los Vosgos, bajando el Petit Ballon, a algo más de 70 kilómetros por hora, Contador soltó una mano del manillar para tomar una barrita energética de su maillot.

Un inesperado bache le hizo perder el control de la bicicleta y el corredor madrileño del equipo Tinkoff sufrió una aparatosa caída. Pese a que trató de continuar y rodó casi 20 kilómetros, el ciclista sufría una pequeña rotura de tibia que le hacía insoportable el esfuerzo. Al final, se vio obligado a renunciar.

Ese día, justo detrás de Contador, rodaba atento a su rueda Nibali, que no perdía de vista a su principal rival.

"Le he esquivado por poco", afirmaba el italiano en la meta, donde reconocía que en la caída que se llevó por delante las opciones de Contador también pudieron quedar las suyas.

No fue la primera vez que el italiano pasaba cerca del abandono en el Tour.

Tres jornadas después el belga Jurgen van den Broeck dejaba caer un bidón de agua en el medio del pelotón, una de las cosas más temidas por los ciclistas.

Nibali pudo esquivarlo por poco, pero su compañero en el Astana, el danés Jakob Fuglsang lo atropelló y sufrió una estrepitosa caída que le hizo perder 40 minutos en la meta y toda opción de quedar bien situado en la general, en la que era décimo.

El "Tiburón"volvió a escapar por los pelos de la desgracia, directo a por su primera victoria en el Tour.

A medida que avanzaban las etapas, Nibali fue mostrando una enorme superioridad con sus rivales. Se popularizó la frase de que el italiano tenía asegurada la victoria "salvo caída".

En la etapa 18 volvió a rozarla. El "Canibali"se marchó en solitario a por el triunfo en la mítica cima de Hautacam, una etapa de prestigio que no quería dejar escapar. Ninguno de sus rivales pudo seguirle.

Rodaba seguro, centrado en el triunfo entre la masa de gente que abarrotaban las dos cunetas. De repente, una despistada espectadora hablaba por teléfono sin darse cuenta de que llegaba el maillot amarillo. Nibali la golpeó, pero pudo mantenerse sobre la bicicleta. Un susto sin gravedad, otro momento de pánico salvado.

Nibali podrá festejar su victoria en un Tour en el que las caídas han sido sus aliadas.