Vuelta a España
Carapaz, el primer ecuatoriano en hacerlo todo
Llegó a la Vuelta como gran rival de Primoz Roglic para la victoria final, pero ha tenido que conformarse con luchar por las victorias de etapa. En Peñas Blancas llegó la primera
Richard Carapaz es el primer ecuatoriano en hacerlo todo en el mundo del ciclismo. Fue el primero en ganar el Giro, el primero en subir al podio del Tour y de la Vuelta, el primero en ganar el oro olímpico y ahora es también el primero en ganar una etapa en la Vuelta a España.
Y lo celebró como si no hubiera pasado nada de todo lo anterior. Como si fuera su primera vez. Golpeando el manillar de la bicicleta, riendo, festejando con la alegría que merece una gran victoria. Aunque no sea la victoria que esperaba el ciclista del Ineos en esta Vuelta.
«Es un triunfo importante para mí y para el equipo. Ha sido un cúmulo de muchas cosas. Habíamos venido con otro objetivo y no pudo ser por muchos motivos», decía para explicar su celebración. «Ha sido felicidad y sobre todo por poder encontrar esas sensaciones que tanto había buscado», añadía.
A Carapaz se le esperaba como el gran rival de Primoz Roglic en su lucha por conseguir su cuarto triunfo consecutivo en la Vuelta. Pero Richard se descolgó ya en la sexta etapa, la que terminaba en el inédito hasta entonces Pico Jano. Perdió más de dos minutos y su percepción de la carrera cambió. La apuesta de Ineos para el podio comenzó a ser Carlos Rodríguez. Carlos es el presente y el futuro del equipo británico y Carapaz ya ha anunciado su fichaje por Education First para la próxima temporada. Aunque para él era muy importante poder despedirse bien del Ineos. «Sigo concentrado al cien y poder terminar aquí de esta manera con este equipo que me ha tratado muy bien es importante para mí», explica.
Su objetivo pasaba a ser la lucha por ganar una etapa. Lo intentó incluso de salida en la jornada del pasado sábado, la que acababa en otra cima inédita, el Collau Fancuaya, con Alejandro Valverde como compañero. Pero no les dejaron disfrutar de la aventura.
Camino de Peñas Blancas la vigilancia no era tanta. Se marchó con otros 31 compañeros y, aunque no sobrevivieron todos, Carapaz tuvo las fuerzas suficientes para aguantar el ritmo impuesto por Matteo Fabbro, del Bora, para meter a su compañero Wilco Keldermann, que viajaba detrás de él, en la lucha por la general.
El ecuatoriano atacó a falta de dos kilómetros y ninguno de sus acompañantes pudo retenerlo. Keldermann sólo pudo ser segundo, pero se conformaba con el avance que lo sitúa sexto en la general. A Marc Soler, tercero, se le escapaba una nueva posibilidad de aumentar su número de victorias en la carrera. Pero Carapaz era más fuerte.
Al ecuatoriano poco le importaba ya lo que sucedía por detrás, donde lo que se discutía era la lucha por la general. El líder, Remco Evenepoel, se fue al suelo cuando quedaban algo más de 40 kilómetros para la llegada. Y siempre que ocurre eso los fantasmas renacen. Una terrible caída en el Giro de Lombardía de 2020 retrasó casi un año su progresión. Y un día antes había perdido a su compañero Julian Alaphilippe por una desgracia similar.
Pero Evenepoel no tardó en recuperar la normalidad. Mantuvo en todo momento la tranquilidad, se puso de pie y continuó como si nada. Sólo se quejaba de la mano derecha al cruzar la meta. El belga no llevaba guantes, lo que agravó las consecuencias del roce del asfalto con su piel. «Estoy acostumbrado a correr sin guantes, pero mañana los llevaré», advertía el ciclista belga con una sonrisa.
«Creo que simplemente me caí por la carretera deslizante. Es normal por esta zona del sur de España incluso aunque no haya lluvia», explicaba. Pero nada le impidió mostrar su poderío en los últimos tramos de la etapa. Respondió a los ataques de Carlos Rodríguez y de Enric Mas y fue él quien marcó el ritmo en el último tramo. Sólo quería demostrar lo que ya se sabe, que es el más fuerte de la carrera.
Enric Mas probó las fuerzas de sus rivales
«Con ese ataque quería ver la reacción y las piernas de todos. No miraba a Remco; vigilaba a todos y cómo era su reacción. Todos los que aguantaban en ese grupo son corredores que aspiran al podio y de todos hay que estar atento», explicaba Enric Mas, que quiso probar las fuerzas de sus rivales en la subida a Peñas Blancas. «El tramo final era bastante duro, pensaba que sería más suave. Al final no hemos perdido tiempo. Nos tenemos que acostumbrar a esos arreones que pega Evenepoel al final. Es su forma de correr», dice.
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