Ciclismo
La clásica que le hubiera gustado correr a Alejandro Valverde
El exciclista murciano, que ahora regresa a la competición con el equipo de gravel de Movistrar, confiesa que le hacía especial ilusión la París-Roubaix
Alejandro Valverde abandonó la competición al final del año pasado, con 42años cumplidos. Lombardía fue su despedida de la élite del ciclismo en ruta. Ahora regresa para formar parte del equipo de gravel de Movistar, pero ya ha debutado en otras funciones este año. La Clásica de Jaén fue su primera experiencia desde el coche, acompañando a Txente García Acosta, uno de los directores del equipo.
«Va a ser el primer día que voy a ir en el coche y a intentar ayudar a Txente o a los directores, intentar ayudar a los corredores. Me estoy sintiendo cómodo y poco a poco iré sintiéndome más cómodo viendo cuál va a ser mi nuevo rol», confesaba entonces en la salida. «Ahora no voy a competir, pero es un nerviosismo diferente. Pero es un gusanillo en el estómago que es bonito», añadía.
La Clásica Jaén Paraíso Interior fue un buen estreno para él. «Estoy aprendiendo. Yo tengo experiencia también de corredor, pero en el coche es diferente», comentaba. Y desde el coche también tiene sus ilusiones. «Me gustaría hacer la Strade Bianche, la París-Roubaix, que no la he hecho nunca, ni en bici ni en coche», aseguraba. Valverde logró competir en Flandes en sus últimos años de carrera, pero nunca tuvo la oportunidad en Roubaix.
Aunque ahora todo lo ve desde una perspectiva diferente. «Ahora veré la carrera por detrás. Las piernas siempre han dolido, vayas más delante o más atrás, pero a lo mejor ves la carrera desde otra perspectiva y cuando vas en el coche dices “¿cómo es posible que se quede este corredor?”. Pero son humanos, es normal, y hay corredores que tienen que estar para el final, a la mitad y al principio», asume.
A Alejandro le ha llegado el momento de ver el ciclismo en ruta desde otra perspectiva, pero no ha pensado en hacerse director. «De momento no, de momento todavía no he pensado en ser director. Quiero ir poco a poco, acabo de bajarme y quiero disfrutar de la bici de otra manera. Si estás de director disfrutas, pero la tensión, los viajes y todo es igual o más que cuando eras corredor. Todavía no creo que esté ahí. De momento no», dice.
Hasta ahora, antes de embarcarse en la aventura del gravel, ha disfrutado de la bici acompañando a los corredores en la pretemporada. «Lo echo de menos, está claro, porque es toda la vida compitiendo. Estoy entrenando y sigo estando bien de forma, pero también da gusto verlo en el coche, estar con ellos, reconocer el recorrido. También he estado en Sierra Nevada con Enric, con Nelson [Oliveira], con Verona, con Escámez y bien. Es diferente, pero disfrutándolo a tope», afirma. «Estoy bien, me encuentro bien. En Sierra Nevada hemos hecho entrenamientos duros y he estado a la par que los compañeros. Son corredores buenos y Enric ya sabemos cómo anda, soltarles no, pero he andado con ellos y disfrutando y animándolos y haciendo de todo. Algo de peso he cogido. No estoy fino, fino, pero tampoco estoy pasado. Tengo un peso bien, para estar sano y seguir estando a muy buen nivel», añadía.
Está tan bien de forma que no ha podido resistir la tentación de subirse a la bicicleta de gravel. La carretera ya es pasado para él y el equipo Movistar, de momento, se está desempeñando bien. «El comienzo de temporada es surpertranquilizardor y cuando no se gana siempre se está ahí cerca. El equipo tiene muy buena visibilidad, quitando un poquito en Mallorca, pero fueron condiciones climatológicas muy malas, muy adversas, y la condición física tampoco puede salir ahí. Pero el equipo está genial y da tranquilidad», asegura.
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