La columna de Gonzalo Miró: la resistencia del Atlético sigue sumando

El Atleti continúa sumando de 3 en 3, ya sea en Champions o en la Liga, mientras suplica por el pitido final ante la dificultad de competir con normalidad por culpa de las dichosas lesiones. Con un tercio de la plantilla en la enfermería cada partido, no hay lugar para rotaciones y los más habituales lo notan en las piernas, aunque todavía estemos en octubre. O cambian las cosas en cuanto a la preparación física se refiere o será casi imposible mantener este ritmo competitivo digno de admirar.

Los pocos valientes disponibles frente a la Real Sociedad hicieron un buen partido mientras les duró el oxígeno, pero al no matar el partido cuando el Atleti era superior, termino pidiendo la hora y ganando con polémica arbitral. Nada como alzar la voz por las permanentes decisiones favorables al Real Madrid en los duelos directos para tener a la masa en contra en cuanto hay una jugada gris en cualquier partido de los rojiblancos. Conviene recordar que al Atleti sólo le pitaron un penalti a favor en toda la temporada pasada, donde se jugó el segundo puesto con el club blanco, que pisó el punto fatídico 10 veces más, en la ultima jornada.

Curiosamente se le escapó la victoria en San Sebastián con dos jugadas flagrantes que beneficiaron a la Real Sociedad. Es cierto que, en los últimos tres partidos, cada jugada gris ha caído del lado de los de Simeone, demostrando que cuando te pitan así, lo lógico es que ganes. Debe ser antológico contar con arbitrajes de este tipo de manera permanente y no únicamente una semana al año. ¡Quién pudiera!

A todo esto, el Atleti sigue sin poder contar con Correa, que fue acusado de fingir una lesión con tal de exculpar a Jude Bellingham de la entrada fuera de lugar en el derbi, y se llevo la critica general por forzar en el encuentro ante el Cádiz. Ahora lo esta pagando con creces el delantero sin que nadie haya salido a pedir perdón por dudar de que estaba lesionado.

Algo bien debe estar haciendo el Atleti para recibir tanto castigo por parte de la central lechera.