La comparación de un ex árbitro entre Negreira y el Pequeño Nicolás

El 'caso Negreira' puede suponer un antes y un después en la historia del deporte español. Todavía se desconocen muchos detalles sobre la personalidad de Enríquez. Una de las personas que mejor le han podido conocer es el ex árbitro López Nieto, quien habló en la Cadena Cope: "Enríquez Negreira es un señor indigno, que ha vendido humo y alguien se lo ha comprado. Mandaba menos en el arbitraje que el conserje del Valladolid. Es como el pequeño Nicolás". La figura del pequeño Nicolás está asociada a diferentes escándalos muy vinculados a estafas.

Otro ex árbitro que también quiso hablar sobre este asunto fue César Muñiz Fernández en los micrófonos de Onda Cero: "Yo no tenía ningún contacto con Enríquez Negreira, los árbitros no teníamos relación con él. Nunca me recogió su hijo para llevarme al campo a arbitrar ningún partido. Negreira ha engañado a todos, incluido al Barça".

En esta misma línea también manifestó su opinión Luis Medina Cantalejo: "Llevo 40 años en el arbitraje y posiblemente sea uno de los momentos más tristes que me ha tocado vivir. He estado once años como colegiado de Primera División y puedo decir que no ha habido absolutamente ninguna insinuación ni consejo sobre tener algún tipo de inclinación en resultados o toma de decisiones que puedan beneficiar aun equipo u otro, jamás en la vida".

Negreira cobró 6.659.488 euros, sin IVA, del FC Barcelona desde el año 2001. El primer pago fue con Joan Gaspart como presidente, aunque este dice que eso no es cierto. "Todo aquello que conozco y puedo acreditar y que contextualiza perfectamente el escenario en el que me he movido y relacionado con usted y con los anteriores presidentes. Si no hay acuerdo, saldrán todas las irregularidades", fue la amenaza que le hizo el ex árbitro a Bartomeu.

El ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros está bajo lupa y también su hijo, puesto que ambos operaban en la misma empresa dando servicios externos para que los "árbitros fueran neutrales". Un argumento que no termina de convencer a los aficionados.