Champions League

Real Madrid

De espaldas a la historia

Cristiano fue el único en el Juventus Stadium que no vio un gol que ya es leyenda. La pelota entró mientras él aterrizaba de un vuelo de más de dos metros.

El 10 de abril del 88 Hugo firmó su chilena perfecta
El 10 de abril del 88 Hugo firmó su chilena perfectalarazon

Cristiano fue el único en el Juventus Stadium que no vio un gol que ya es leyenda. La pelota entró mientras él aterrizaba de un vuelo de más de dos metros.

La portada de una de las biblias de la prensa deportiva, el diario francés «L'Equipe», estaba ocupada ayer por el vuelo de Cristiano. «De otro planeta», decía el titular sobre un gol que ya es leyenda de la Champions. Un tanto que vio todo el mundo en el Juventus Stadium menos el propio protagonista, que todavía estaba aterrizando cuando la pelota se estampó en la red de Buffon. Cuando pudo girar la cabeza, el portero italiano ya se estaba lamentando y los compañeros del portugués, alucinando con lo que acababan de presenciar. Isco se llevó la mano a la frente y puso un gesto entre sorprendido e incrédulo. Se encontró con Marcelo camino de la celebración y le preguntó si se creía lo que acababa de ver. Barzagli abrió las manos expresando que no había nada que hacer ante algo tan extraordinario. Zidane reconoció después del encuentro que lo disfrutó como espectador y amante del fútbol más que como técnico del Real Madrid y la mayoría de la afición rival se levantó para aplaudir como el Bernabéu hizo en un Clásico con Ronaldinho.

Más allá de los colores, la reacción inmediata ante una jugada así es la admiración, algo que Ronaldo agradeció llevándose la mano al pecho y levantando el pulgar. «Es una de las cosas más bonitas que viví anoche. Sólo puedo decir una cosa: “Grazie” a todos los aficionados italianos que estaban aquí», respondía ayer a través de los medios oficiales del club y de la UEFA. Cristiano llevaba mucho tiempo intentando anotar un gol así y había aguantado muchas burlas en campo contrario cuando la maniobra no salía tan perfecta como el martes por la noche. CR7 tiene todos sus goles en la cabeza y recordó que había anotado uno de chilena con Portugal hace mucho tiempo. «La pelota pegó en el larguero, botó claramente dentro, pero el árbitro no lo concedió», explicaba demostrando una memoria prodigiosa. Concretamente es una dejada hacia atrás de Deco dentro del área y el entonces dorsal número 17 de la selección portuguesa marca de media chilena un tanto que nunca subió al marcador.

Con el Real Madrid había anotado de espaldas a la portería contraria, pero fue con un taconazo en el Estadio de Vallecas. Resolvió un barullo dentro del área con un recurso inesperado, porque la espuela se utiliza más cerca de la línea de meta y no casi en el punto de penalti. Después lo había ensayado muchas veces con resultados diversos, pero no encontraba la manera de que todo fuese perfecto. «Con futbolistas de este nivel, te puedes esperar cualquier cosa, no sorprende porque es un jugador tremendo», coinciden la mayoría de los que estuvieron en el oficio de «9» en épocas pasadas. Messi y Cristiano no sólo viven en un universo distinto en cuanto al número de goles que son capaces de hacer por año, también son inalcanzables cuando se iluminan con un remate tan plástico como el del Juventus Stadium. Ronaldo conectó con la pelota a unos dos metros y 38 centímetros del suelo en el momento preciso para darle casi la misma fuerza que en un chut convencional. El «timing» es clave en este tipo de jugadas y ante la Juventus saltó en el momento justo para recibir el pase de Carvajal, que se quita cualquier mérito. «El centro está bien, pero lo que él hace después es extraordinario», comenta el lateral, uno de los mejores asistentes de Cristiano junto a Lucas, Isco y Benzema.

El gol de Cristiano se mira en el espejo del de Zidane en Glasgow y en las acrobacias de Hugo Sánchez, que le solía poner el lazo a las jugadas de los chicos de la Quinta del Buitre. Santillana también era un prodigio físico para su época y hubo periodos en los que sólo había que colgar el balón en el área y dejar que él hiciera el resto. Estos dos están entre los mejores goleadores de la historia del Madrid, junto a Di Stéfano, Puskas y Raúl González, aquel Ferrari que dijo Hierro iba a superar a todos los que le habían precedido. Y lo hizo, pero Cristiano ha ido bastante más allá. Es el único además que está por encima del gol por partido como promedio en las casi nueve temporadas que lleva de blanco. En esta Champions suma ya 14, a tres del récord que él mismo tiene. «Me siento cómodo en esta competición», dice... Se nota.