Del videoclub de Etoo a la élite

Los ecos del histórico ascenso del Leganés a Primera se escuchan en la previa de la visita del Barcelona en forma de taladros y golpes de martillo. Son los últimos retoques de una reforma exprés para ampliar la capacidad del estadio hasta 11.000 espectadores durante el mejor verano en la vida del club blanquiazul. El ruido de los operarios colgando el cartel que indicará el acceso de los medios a pie de campo se mezcla con las palabras de Asier Garitano en la sala de prensa. El técnico milagro deja escapar media sonrisa cuando le preguntan si tiene previsto algún marcaje hombre a hombre para el partido de hoy. «¿Y a quién le pongo la marca individual? Son todos muy buenos, así que habrá que estar pendientes de todos», contesta uno de los máximos culpables de que la ciudad viva revolucionada estos días.

Los hoteles están por encima de su nivel de ocupación habitual y las camisetas del Lega, mucho tiempo guardadas sólo para los días de partido, se ven ahora por todos lados. «Esto lo tenemos que disfrutar, es una fiesta, hay que aprovechar», afirma la presidenta, María Victoria Pavón, otra de las caras de este Leganés que tiene ilusionada a su afición. Tanto como para pasar dos noches sin dormir en la puerta del estadio haciendo cola para comprar una de las poco más de 500 entradas que salieron a la venta para recibir hoy a Messi, Neymar y compañía. Nadie, ni siquiera Victoria, se esperaba vivir esto cuando a falta de doce jornadas para acabar la liga pasada el Leganés se puso líder de Segunda. «Doce jornadas, queda tanto...», aseguran que fue el primer pensamiento de la presidenta, que con el paso de las semanas se lo fue creyendo.

Es un acontecimiento que los socios más veteranos ya no esperaban tener tiempo de ver, un regalo para una entidad que a los 88 años ha llegado más lejos que nunca sin perder su personalidad de club modesto, sin volverse loco en el precio de los abonos y las entradas y sin olvidar su pasado, casi siempre en Segunda y Segunda B. Porque este Leganés del ascenso y de la repercusión en medios nacionales es también el de las celebraciones de Luis Ángel Duque subido a la valla del Rodríguez de Miguel, el antiguo estadio, el del característico bigote del capitán José Luis Dorado o el del lugar en el que Patxi Puñal cogió experiencia antes de disputar 13 temporadas en Primera División con Osasuna.

Es igualmente el equipo al que llegó un camerunés de 16 años llamado Samuel Etoo al que el Real Madrid quería dar minutos. No tenía edad para el carné de conducir ni la disciplina de un profesional, por eso Juan Rojo, el delegado entonces, se encargaba de, sin que el entrenador lo supiera, ir a su casa a despertarlo cuando el entrenamiento era temprano. Sabía que, si no, el chico llegaría tarde a la sesión. A la vuelta, Samuel le pedía que pasara por el videoclub para alquilar unas cuantas películas con las que ocupar el tiempo libre. Podía ser su hijo y así trataba Juan a un goleador que luego lo ganó todo con el Barcelona, y que tiene un recuerdo imborrable de su paso por el club madrileño. «Fue uno de los mejores momentos de mi vida», aseguró en la «Ser». Hoy tendrá el corazón dividido.

Será un partido sin precedentes, histórico, que nunca se ha producido antes, pues el Leganés está este curso por primera vez en la máxima categoría. Un duelo en el que, como dice Garitano: «Se trata de estar más cerca de ganar que de perder».