Atlético de Madrid
Depresión o euforia
Luis Enrique intenta cambiar el humor de los suyos para el choque en La Coruña. Simeone y Zidane, en cambio, frenan el entusiasmo para los choques de hoy.
Luis Enrique intenta cambiar el humor de los suyos para el choque en La Coruña. Simeone y Zidane, en cambio, frenan el entusiasmo para los choques de hoy.
Son tres partidos, son tres estados de ánimo. Luis Enrique quiere que los suyos cambien la forma de mirar el futuro y también de afrontar los partidos. Quiere que cambien el pesimismo por la alegría. «A mí me va el ritmo y la adversidad. Soy así de gilipollas. Me va el baile porque soy de Gijón. Si le damos la vuelta a esto no me imagino el fiestón que nos vamos a correr», decía el técnico.
Simeone y Zidane, en cambio, prefieren atar en corto la euforia. El argentino mantiene el tono de toda la temporada: «A nosotros lo único que nos interesa es resolver el partido de Bilbao. A partir de eso cualquier otro tipo de situación se aleja de ese pensamiento».
Y el francés obliga a todos a poner los pies en el suelo: «Nosotros no hemos ganado nada de nada de momento. Estamos en una situación buena y esto que se hable de que vamos a ganar mucho no me gusta».
Pero es que el entusiasmo se ha desatado en la capital porque hace un mes estaba todo perdido. Hoy todo es posible: «No sé cuándo cambió la percepción de estar perdida la Liga a tener posibilidades de ganarla –explicaba ayer Zinedine Zidane–. Perdimos contra el Atlético, un rival directo, pero lo que aprendí como jugador es que todo el mundo piensa que cuando alguien pierde no todo va bien. Aunque en aquel momento dijera que estaba perdida, en el fondo sabía que había posibilidades de ganarla. Aunque estés primero nunca sabes si puedes ganar la Liga».
Le preguntaron por un favorito: «Ninguno», dijo y rápidamente rectificó: «Todos». Nadie se atreve a hacer predicciones. La incertidumbre reina en este final de Liga. Hace cuatro jornadas se pensaba que sí, que el Barcelona era campeón. «¿Quién es el favorito?», le preguntaron también a Simeone, porque es la pregunta recurrente de aquí hasta mayo: «No soy adivino. Lo que tengo es la seguridad, la certeza, de que no dependemos de nadie, dependemos de nosotros», explicaba el entrenador argentino. En realidad, no dependen de sí mismos. Es decir, que confía en que el Barcelona va a tropezar otra vez en estos cinco encuentros que le quedan. Y se deduce, por tanto, que sí cree que el Atlético va a ganar los quince puntos que hay en juego. ¿Lo cree? «Te digo lo que pienso: dependemos de nosotros», respondió el entrenador sin querer ser más concreto.
El Atlético espera que falle el Barcelona. En el club azulgrana confían en romper la dinámica cuesta abajo y en que quizá los perseguidores se caigan: «Lo de adivino lo dejé hace tiempo», repetía Luis Enrique la respuesta de Simeone. «Me interesa sólo lo que haga el Barcelona. Tenemos que ganar el primer partido porque estamos en dificultades máximas y será difícil por el campo y el rival. Si ganamos creceremos en confianza», continuaba el entrenador del Barça, que no para de crear ruido a su alrededor, quizá para que no se duerman los suyos.
La Liga depende del Barça y de lo que se alargue su crisis de resultados. La Liga, en parte, depende de si el Deportivo golpea a un rival aturdido o le deja con vida: «Tienen recursos para crearnos problemas. A ver cómo lo plantean: con gente descolgada, presionando arriba o replegados», decía Luis Enrique. De los contrarios se mira todo: cómo juegan, qué se juegan y quiénes son. «Mi madridismo no se pierde nunca. He pasado media vida en esa casa y eso no se pierde. Allí me he formado como futbolista y como persona», explicaba Víctor Sánchez, entrenador del Deportivo, en la Cadena Ser. Y añadía: «No tenemos nuestro objetivo cumplido y necesitamos sumar puntos».
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