Atlético de Madrid

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Un gol de Griezmann, de penalti, da el triunfo al Atlético (1-0) ante el Espanyol

El tanto resolvió un partido muy complicado para el Atlético, que fue superado por el rival en algunas fases del encuentro, especialmente en la primera mitad.

Saúl disputa un balón con un jugador del Espanyol
Saúl disputa un balón con un jugador del Espanyollarazon

El tanto resolvió un partido muy complicado para el Atlético, que fue superado por el rival en algunas fases del encuentro, especialmente en la primera mitad.

Fernández (Lucas) y Fernández (Gabi) fueron ayer más protagonistas que los propios jugadores rojiblancos. No son los personajes de Hergé, pero ambos tienen en común que son canteranos, que han mamado la filosofía del club y que fueron «agasajados» por la afición. El capitán, el viejo capitán, no había podido despedirse de la hinchada cuando se subió al tren de Qatar y el francés, campeón del mundo, con un pie, o casi los dos en el Bayern, escuchó cómo le gente le pedía que se quede en el club.

El tercer protagonista de la última tarde del año en el Metropolitano fue Griezmann. Como siempre. Él solventó desde los once metros el penalti de Granero a Koke, protestado por los espanyolistas por un posible fuera de juego en la jugada anterior. La acción posterior acabó con el balón en la red, en tanto de Correa cuando ya el juego estaba parado y el VAR corroboraba la infracción del exmadridista sobre el rojiblanco.

Fue la jugada determinante, que decantó el partido del lado del Atlético, aunque en el fiel de la balanza de la justicia el Espanyol hizo méritos para tocar pelo, para irse a Barcelona con mejor cara. En la primera parte Borja Iglesias a punto estuvo de sorprender a Oblak, al que pilló adelantado. El meta tuvo tiempo de retroceder y evitar el tanto. Luego le hizo una buena parada a Baptistao y en los minutos finales, cuando el equipo de Rubi buscaba el empate, se mostró muy seguro en los balones aéreos. Siempre decisivo.

Para entonces, para ese final angustioso, con Simeone pidiendo el apoyo de la grada, el Atlético era ya un equipo defensivo, acunado delante de su portería, sin capacidad de salir pese a los intentos de Vitolo y de Gelson.

Lo curioso es que el Atlético apareció como una moto, presionó, acorraló al Espanyol durante diez minutos y luego se paró. El conjunto blanquiazul equilibró el juego con Darder y Borja Iglesias como referentes, uno en el centro y el otro en ataque. Leo Baptistao también aparecía, cosa que no hizo Sergio García. Control del partido y del juego, sólo alterado por dos buenos disparos de Griezmann a los que respondió con autoridad Diego López.

El penalti lo cambió todo. El Atlético había salido más intenso, pero la posición de Saúl es una rémora y al equipo le faltó velocidad en la circulación de la pelota. Thomas y Rodrigo no encontraron un pase por dentro; Kalinic tampoco hizo nada destacable y todo se encomendó a Griezmann, que trabaja, roba y marca de penalti para alegría de Hernández y Fernández.