Polémica

Las duras confesiones de algunos árbitros: "La mano negra era Negreira"

Se filtran nuevos testimonios que apuntan a toda la influencia que tenía Negreira en el estamento arbitral

José María Enríquez Negreira, ex vicepresidente del CTA
La jueza del "caso Negreira" denuncia un robo en su casa poco después de que la Fiscalía apuntase al Barça Google

El 'caso Negreira' sigue sumando nuevos capítulos. Fuentes arbitrales aseguran al medio Libertad Digital varias informaciones cuanto menos polémicas. "En el Comité Técnico de Árbitros (CTA) siempre se habló de una mano negra en los ascensos y descensos de los colegiados, era la mano Negreira. El sistema era lo más opaco que se ha visto en la tierra. Negreira tenia acceso a todos los informes de evaluación de los colegiados y podía manipularlos, decidiendo quién ascendía y quién descendía. Por lo tanto, podría influir claramente en el ascenso de los árbitros más afines. Principalmente, se ponían en descenso con nota baja a los árbitros que cumplían edad en detrimento de que existieran más plazas de ascenso. Así se protegía a los árbitros de Primera División con sus astronómicos salarios", aseguran.

"En los citados informes de evaluación las notas normalmente oscilaban entre el 6 y el 8,5, además existía el factor corrector que era la dificultad del partido. En el caso de los árbitros de Segunda división B, estos podían ver sus informes, pero jamás los del resto al no ser públicos. Para los árbitros asistentes que querían subir a 2ª División, se hacía una preselección de unos 25-30 árbitros y la clasificación final se conocía uniendo los informes de evaluación y unas pruebas realizadas en Madrid que eran físicas y teóricas. Era un amaño porque juntaban en la clasificación general los informes y las pruebas, en lugar de publicar la clasificación general de los informes y luego el curso de ascenso con las notas finales del curso", afirman.

Libertad Digital explica el funcionamiento del artículo 174.3 del Reglamento de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). "El delegado-informador debía "informar y calificar" la actuación del árbitro en cada partido a través del modelo oficial aprobado por la RFEF. Concretamente, los delegados-informadores debían evaluar la actuación técnica del árbitro, el control del partido, su personalidad, el régimen disciplinario y su condición física. Dichos parámetros se concretaban en una nota, teniendo en cuenta esta escala de evaluación: 9,0–10: Actuación excelente; 8,5–8,9: Altamente encomiable actuación; 8,0–8,4: Actuación correcta/eficiente; 7,8–7,9: Normal (con un error claro importante); 7,5–7,7: Satisfactorio (con importantes puntos a mejorar); 7,0–7,4: Decepcionante (por debajo de las expectativas); 6,0–6,9: Muy insatisfactorio (pobre actuación) y 5,0–5,9: Inaceptable (muy pobre actuación). En función de las notas de cada partido, se elaboraba la clasificación de los árbitros", recuerdan.

Sin duda, uno de los testimonios más duros fue cuando reconocen el gran poder que tenía Negreira para influir en los árbitros. "La mano negra del Comité de Árbitros también se aprovechaba de los informes de los delegados-informadores para pasárselos al F.C. Barcelona. Si tenía poder en los informes tenía poder para influir en las designaciones de los árbitros cuando se pasó de elección aleatoria por ordenador a designación por un grupo de ex árbitros", destacan.