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El Atlético vence a la Real Sociedad (2-0)

El Atlético se impone a la Real con goles de Godín y Filipe Luis. El equipo de Simeone cuaja una gran segunda parte y demuestra que tiene calidad para jugar la pelota. Notable el colombiano Arias.

El centrocampista de la Real Sociedad Igor Zubeldia (2i) intenta superar a Koke Resurrección (3d), del Atlético de Madrid
El centrocampista de la Real Sociedad Igor Zubeldia (2i) intenta superar a Koke Resurrección (3d), del Atlético de Madridlarazon

El Atlético se impone a la Real con goles de Godín y Filipe Luis. El equipo de Simeone cuaja una gran segunda parte y demuestra que tiene calidad para jugar la pelota. Notable el colombiano Arias.

imeone agitó el equipo. Colocó a Arias, Savic, Rodrigo y Correa que no estuvieron en el once de Dortmund, dejó en el banquillo a Lemar y Thomas, dos de los jugadores que están presentes en el eterno debate, y la fórmula le dio resultado. El Atlético firmó el triunfo, se acostó líder y espantó los fantasmas de Dortmund en una segunda parte, en la que desplegó su mejor juego.

El gol de Godín al filo del descanso le hizo mucho daño al equipo de Garitano y le dio otro aire a los rojiblancos, que tras el intermedio ofrecieron una buena versión. La partitura no puede ser la mejor porque a la hora del gol sigue faltando que aparezcan Costa y Griezmann. El hispano-brasileño estrelló un mano a mano en el cuerpo de Moyá, se desmarcó, se peleó con Elustondo y Raúl Navas, pero no encontró el tanto que se le niega en Liga desde febrero. El francés hizo el remate más acrobático y espectacular de la noche, pero el balón salió muy desviado.

Fue una de las pocas ocasiones que hubo en el primer acto en el que la Real tapó las vías de pase, flotó sobre Rodrigo para que no pudiera comenzar el juego desde atrás y buscó con los tiros lejanos de Rubén Pardo la manera de inquietar a Oblak. El ritmo no era muy rápido y eso favoreció a los donostiarras, que controlaron en defensa y amontonaron hombres en el centro del campo. La ausencia de Oyarzabal se notó porque Zurutuza en la banda izquierda no se desplegó en ataque. En la derecha, era más peligroso Gorosabel.

En el Atlético, Koke y Rodrigo jugaban por dentro. Saúl y Correa en los costados, intercambiándose las posiciones, con Griezmann y Diego Costa pendientes de los balones que no recibían en condiciones. Arias y Lucas se desplegaban en ataque. El colombiano fue de menos a más y el francés acabó lesionado. Apareció Filipe Luis y fue decisivo. El brasileño marcó un golazo cuando el equipo ya era amo y dueño de la situación. Velocidad, dinamismo, capacidad para manejar el encuentro con Koke creciendo con mariscal, con Arias y Correa muy inspirados y con un buen tono general.

Si el primero gol fue cosa de Godín, tras un centro de Correa y un mal despeje de Raúl Navas, el segundo fue un zapatazo espléndido del brasileño, que se la cambió de pie para fusilar a su amigo Moyá. Se gustaba el Atlético ante una Real desconectada, que dio un paso atrás, que perdió la intensidad en el centro del campo porque Illaramendi y Rubén Pardo no se encontraban, porque Zubeldia perdía la posición y porque William José y Sangalli fueron dos islotes. Trató de arreglarlo Garitano con la entrada de Sandro, pero el partido ya era monocolor.

El Atlético había crecido en todas las facetas del juego. Llegaba con peligro, obligaba a la Real a meterse en su área. Hubo ocasiones, acciones de calidad de Griezmann y Costa, mejoría en el centro del campo y hasta Lemar, que entró por Correa, quiso agradar. Era un equipo serio, un bloque compacto, que no se relajó como otras veces y que hizo del balón su herramienta preferida para no tener problemas y para doblegar a una Real que era el equipo que más puntos había logrado fuera de casa. Fue una Real de dos caras, la de la segunda parte bastante limitada ante un Atlético que terminó a lo grande y que borró con juego el mal trago alemán.