Restringido
El Chiringuito de Pedrerol: El líder en la sombra
Detrás del mejor Messi está Mascherano, el que transmitió tranquilidad y unió al vestuario tras la debacle de Anoeta.
Messi es el que deslumbra. El futbolista capaz de todo. El que deja tirados a los rivales. Al que nadie puede parar. El que gana partidos y trofeos. El número uno. Pero detrás de la vuelta del mejor Messi está el trabajo de un auténtico líder. Un profesional intachable que lo cambió todo cuando el Barça se derrumbaba hace cinco meses. Detrás del mejor Messi está Mascherano.
Lo arregló todo
El Barça empezó a levantarse tras la debacle de Anoeta. Mascherano, su amigo, su confidente, su consejero, le hizo entender que todo dependía de él después de esa derrota y de su desencuentro con Luis Enrique. Le hizo darse cuenta de su importancia en el vestuario y en el campo. De que si no iban todos a una, el equipo no podría estar donde está ahora. Ha sido Mascherano, con la ayuda de Xavi, el que ha hablado con Messi, el que ha unido al grupo, el enlace entre Leo y su entrenador, el artífice de arreglar una relación imposible.
Transmitió tranquilidad
Mascherano ha sido el pilar que sostuvo al Barcelona y a Luis Enrique en los malos momentos. El que corrigió la falta de diálogo. El que acercó posturas cuando no podían estar más lejos. Fue el pegamento cuando todo estaba roto. Él transmitió tranquilidad y la idea de que el vestuario unido aún era capaz de todo. Fue la voz de Luis Enrique entre los jugadores, el alma de la resurrección del Barça, siempre con un discurso brillante y con una solución para cada problema.
No es un «besaescudos»
El argentino es un deportista con personalidad, sensato, humilde e inteligente. Hay que rendirse a él. No es ningún «pintamonas» ni «besaescudos». Es de esos futbolistas que todo entrenador quiere tener, de esos que piensan antes en el equipo que en sí mismos. De los que saben dar un paso atrás para que avance el grupo. Un capitán de verdad, que nunca falla en el campo y, sobre todo, que da la cara en el vestuario.
«El Jefazo»
El Doblete (de momento) del Barça en el año más difícil es de las genialidades de Messi, de los goles del tridente, de la recuperación de Piqué o de las paradas de Bravo y Ter Stegen. Pero, por encima de todo, es de Mascherano. La foto es para Messi, pero yo me quedo con esta otra imagen. Refleja el agotamiento tras el esfuerzo descomunal de todo un año al servicio del equipo. La satisfacción de un tipo ejemplar por el deber cumplido. Es la foto del líder en la sombra. Le llaman jefecito, pero Mascherano es un jefazo.
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