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El entrenador que sabe cómo ganar la Euroliga

Obradovic
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Cuenta la leyenda que una noche en Madrid después de un partido de Euroliga, Zeljko Obradovic estaba tomando algo en la capital con unos amigos después de una cena. Bebía whisky con hielo en vaso corto y comentó: «Si tu me das a Sergio Rodríguez y a Sergio Llull yo te gano todos los años la Euroliga». No le ha hecho falta. Es verdad que tampoco la ha ganado todos los años, pero no hay nadie en el continente que haya levantado nueve títulos de campeón de Europa. Es uno de los datos del técnico serbio (Cacak, 9-3-1960), el entrenador más legendario de la Euroliga. En Vitoria disputará su décimo novena Final Four, 18 como entrenador y una como jugador con el Partizán en 1988; será la quinta consecutiva con el Fenerbahçe en busca de su cuarta final seguida, pero... Obradovic se enfrenta al más difícil todavía. Tres de sus pilares ­–Datome, Vesely y Kalinic– llegan con problemas físicos y otro, Lauvergne, ni llega. «Después de ganar al Zalgiris dije que quería una semana con toda la plantilla para poder preparar la Final Four y eso no lo hemos tenido. Es muy diferente si tienes 14 o 15 jugadores con los que trabajar duro. Veremos cuántos tenemos disponibles en la Final Four, pero jugaremos y competiremos», afirma en una entrevista a euroleague.net.

Obradovic vuelve a ser la atracción en la que será la primera semifinal turca de la historia del torneo. Su Fenerbahçe se medirá el viernes al Anadolu Efes en la primera eliminatoria. Él se quita importancia: «Realmente no pienso si voy a ganar la Décima Copa de Europa. Lo importante es el equipo y el club. Esta Final Four es una oportunidad para que el Fenerbahçe vuelva a hacer algo importante y nada más». Su relación con el título más prestigioso de Europa arrancó en el año 92 del siglo pasado.

El Partizán, exiliado por el conflicto en los Balcanes, jugó 20 de sus 21 partidos lejos de Belgrado, muchos de ellos fueron como local en Fuenlabrada. «Zeljko ya era un entrenador cuando era base del Partizán y de la selección. Con Yugoslavia siempre queríamos que él fuera el base en la pista porque el balón siempre iba a acabar en las manos del jugador que estuviera en mejor posición», cuenta su excompañero Zoran Savic. Aquel imberbe Partizán fue su punto de partida en los banquillos.

De ahí a la sorpresa con la Penya sólo pasaron dos años. Josep María Izquierdo, ex técnico ayudante de los verdinegros, es ahora su mano derecha en Turquía. «Obradovic sabe cómo ganar», asegura. Y eso lo pudieron comprobar en el Real Madrid. Tercer equipo y tercer título de campeón. Los blancos llevaban 15 años esperando la Octava y llegó con el serbio a los mandos en Zaragoza. Luego tuvieron que pasar 20 años más desde el título liderado por Sabonis para que llegara la Novena. «Aquel título se ganó porque todos sabíamos qué teníamos que hacer. No teníamos una relación extraordinaria, no éramos una familia fuera de la pista, pero contábamos con el mejor jugador de Europa, que era Sabonis, dos excelentes jugadores como Arlauckas y Antonio Martín y, además, había un maestro con una varita mágica que era Obradovic. Zeljko es el mejor entrenador europeo de todos los tiempos», asegura Isma Santos, unos de los componentes de aquel equipo.

Después del Madrid llegarían los títulos con el Panathinaikos. Antes de su llegada, los griegos tenían una Copa de Europa. Cuando él se fue, después de 13 años en el equipo, el PAO era un grande de Europa y había añadido cinco títulos más. Su salida todavía es un trauma para los fogosos hinchas helenos. Él ha reconocido que el tifo que organizaron en el OAKA en su regreso al pabellón, una gigantesca pancarta con la leyenda «King's back» (El rey ha vuelto), es uno de los momentos más intensos de su vida como técnico. Otro es una frase que todos sus exjugadores repiten: «No escucharás a ninguno que hable mal de él». Y eso, pese a que sus broncas son tan famosas como sus títulos.De Grecia saltó a Estambul y allí sigue para dirigir un proyecto asentado entre las mejores. La Novena llegó con los otomanos y la Décima...