El futuro empieza hoy

A cada problema que se le ha ido presentando, Carlo Ancelotti ha encontrado la solución, sin estridencias, sin alzar la voz. Todas las circunstancias (y no han sido pocas: desde el debate de los porteros nada más comenzar la temporada, hasta los gestos de Di María, pasando por la desconfianza con Benzema, la suplencia de Isco o lesión de Khedira) las ha afrontado con naturalidad, pensando en lo que al final era mejor para la convivencia y la competitividad del bloque. Hoy tiene que superar el último contratiempo, puede que el más importante, ahora que la Liga llega a su momento decisivo: hoy, en el campo del Sevilla (22:00 h /C+), después de la derrota del clásico, tiene que volver a recuperar la moral.

Serio, como consciente de la situación, pero muy claro en el mensaje, el técnico releyó el partido del domingo de manera positiva y dio un empujón para afrontar el futuro que empieza esta noche: «Estamos intentando olvidar el clásico y preparar bien el partido ante el Sevilla. El equipo se entrenó bien y con buen ambiente. Tenemos calidad y somos conscientes de la importancia del partido. Vamos a intentar ganar porque es más importante pensar en el partido que vas a jugar que en el que ya has jugado. En el clásico hicimos pequeños errores, pero jugamos bien. Tuvimos la oportunidad de ganarlo. No terminamos contentos, pero sí con espíritu positivo».

Es un encuentro contra los 31 anteriores. Lo único que pretende Ancelotti es que la memoria de sus futbolistas no sea selectiva con el pasado. Es decir, que no se quede con lo último, sino con la trayectoria. El entrenador italiano recoge las cosas buenas y saca las conclusiones adecuadas para el bien del grupo: «El equipo estaba bien antes del clásico y sigue estando bien ahora. Éste es uno de los mejores equipos del mundo y lo va a demostrar hasta el final de la temporada. El partido frente al Sevilla es importante y peligroso porque el rival está en un buen momento y tiene ilusión tras el derbi europeo, pero tenemos una buena oportunidad para reaccionar bien y con el espíritu justo porque no hay tiempo para pensar en lo que pasó».