Fórmula 1
El GP de España de F-1, en peligro
El periodo político que atraviesa Cataluña en el último año y medio puede pasar factura al Gran Premio de España de Fórmula Uno que desde 1991 se celebra en el circuito de Montmeló. Este fin de semana finaliza el contrato que los promotores de la F-1, ahora Liberty Media, tienen con Circuits de Catalunya SL, la entidad que gestiona el circuito y que está participada mayoritariamente por la Generalitat de Cataluña. Por lo general, los contratos con la F-1 han tenido una duración media de 3 a 5 años y habitualmente se anunciaba la renovación un año antes de la finalización del acuerdo. En 2018, los promotores y los responsables del evento no pudieron negociar un nuevo contrato debido a la situación de parálisis e inestabilidad provocada por el «procés» y las nuevas elecciones. Además, la aplicación del artículo 155, que llegó a su fin un mes después de celebrarse el Gran Premio, hizo que prácticamente no hubiera interlocutor válido con anterioridad. Nadie en la Generalitat se atrevía a comprometerse con la F-1 sin haber presupuesto. Además, la situación política no invitaba demasiado a hablar de estos temas. Y este retraso les ha hecho perder el tren de la renovación porque ahora hay más ciudades y países pujando.
InversiónTraer la F-1 a Barcelona cuesta dinero. Y cuesta porque es todo un negocio para las partes implicadas. La Administración estima en 60 millones de euros el beneficio económico que durante el fin de semana de carrera deja la competición en la ciudad condal y los alrededores del circuito. Y todo eso sin contar el retorno y el impacto que tienen sobre Barcelona las millonarias audiencias televisivas que tiene este deporte. Una promoción que triplica los beneficios directos y que posteriormente redunda en el atractivo turístico. El resultado del impacto realizado por distintas consultoras cifra en 330 millones de euros el beneficio para la ciudad y alrededores.
Colau, sí, pero no...La empresa que gestiona el circuito abona cada año una cantidad cercana a los 16 millones de euros, una cifra muy inferior respecto al beneficio obtenido. Este canon lo abonan en proporciones diferentes la Generalitat (que tiene un 78 por ciento de la empresa) y el Ayuntamiento de Barcelona, que con Ada Colau al frente pasó de pagar 7 millones a 2,5 en 2018 y cero en 2019. Colau reconoce en privado los beneficios que aporta el evento a la ciudad, pero en plena campaña de las elecciones municipales no quiere que la mezclen con este tema. Además, recientemente la filtración de una auditoria que destapaba presuntas irregularidades en la gestión del «circuit» provocó la reacción municipal en contra. Así se expresaba Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde de la ciudad en la red social Twitter: «En 2015 anunciamos que hacía falta priorizar la inversión pública en Barcelona y que retirábamos progresivamente las ayudas al Circuit de Montmeló. Ante el posible fraude, detenemos la aportación de 2019. Ni un euro público más hasta que se esclarezcan los hechos». Las presuntas irregularidades fueron desmentidas por parte de los responsables del circuito, pero la sombra de la duda todavía persiste a pesar de los intentos de aclaración.
Falta de confianzaLa situación política no asusta a los responsables de la F-1 y menos a ejecutivos que negocian con países como Arabia Saudí, China, Bahréin, Corea o Abu Dabi. El problema es que no confían en que se produzca el pago o que se cumpla el acuerdo. De hecho, excepcionalmente, la F-1 dejó que el canon de 2018 se pagara meses después de celebrada la carrera. Una vez empezada la negociación para renovar, los responsables del «circuit» promovieron y se unieron a un intento de fijar una posición de fuerza con otros circuitos europeos para intentar rebajar las pretensiones económicas de Liberty Media, la promotora de la F-1. Pero al final cada uno ha hecho la guerra por su cuenta. Monza ya ha renovado e Inglaterra nunca caerá. Los promotores tienen cola en las puertas de sus oficinas en Estados Unidos con muchas ciudades ofreciendo mucho dinero para albergar un Gran Premio. No todos pagan por igual. Hay muchas diferencias. No hay una tarifa. Abu Dabi paga entre 40 y 60 millones anuales; Arabia Saudí quiere una carrera; Vietnam ya ha firmado; Miami está negociando y otras ciudades estadounidenses como Chicago ya han confirmado su interés.Holanda confirmará que ha conseguido un Gran Premio el martes. En cualquier caso, no habría acuerdo para Barcelona hasta después de las municipales. El pasado año los responsables de la F-1 hablaron con Jerez y el pasado domingo, el presidente de la Junta de Andalucía, Moreno Bonilla, confirmó que estaban en negociaciones. El caso es que el Gran Premio de España en Barcelona peligra.
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