Super Bowl

El lado bueno de la Super Bowl

Los Eagles, que tienen como primer fan al actor Bradley Cooper, rompen los pronósticos y derrotan a los Patriots de Tom Brady, que seguirá buscando su sexto anillo.

Nick Foles, «quarterback» de los Eagles, posa con su hija Lily en brazos después de la gran final de la NFL en el US Bank Stadium de Minneápolis
Nick Foles, «quarterback» de los Eagles, posa con su hija Lily en brazos después de la gran final de la NFL en el US Bank Stadium de Minneápolislarazon

Los Eagles, que tienen como primer fan al actor Bradley Cooper, rompen los pronósticos y derrotan a los Patriots de Tom Brady, que seguirá buscando su sexto anillo.

En la película «El lado bueno de las cosas», Bradley Cooper interpreta a un hincha de los Eagles que utiliza el amor por su equipo para canalizar sus problemas personales. El actor no debió tener mucha dificultad para meterse en el papel, porque en la vida real es, incluso, todavía más fan del equipo de Filadelfia, que el domingo por la noche consiguió ganar su primera Super Bowl. Dos veces habían llegado al partido definitivo sin éxito y a la tercera se pusieron por fin ese anillo que les faltaba. Cinco tenía su rival, los Patriots, grandes favoritos y aspirantes a engrandecer una dinastía histórica en la NFL.

Tom Brady y sus chicos estuvieron cerca de ampliar sus ya de por sí victoriosas estadísticas, pero la gloria y el título de Mejor Jugador del partido fue para Nick Foles, un «quarterback» novato en las finales, que valoró la posibilidad de retirarse en 2016 cuando los Rams le despidieron, y que ni siquiera era titular hasta el pasado diciembre. «Bendigo el momento en el que decidí no rendirme y seguir jugando», aseguraba ya con el trofeo Vince Lombardi en las manos. «No sabía qué podía pasar, porque nunca había estado en una final. Tenía mariposas en el estómago, pero sólo me he centrado en lanzar», continuaba.

Todo estaba en su contra menos la fe en sí mismo, que demostró con una actuación casi perfecta, imprescindible para evitar otra de esas remontadas imposibles de los Patriots. Los de Boston estuvieron casi siempre por detrás en el marcador, así que todo parecía dispuesto para una de esas reacciones en el último cuarto. Y de hecho, en ese último parcial llegaron a ponerse por delante (32-33), aunque ahí se acabó la magia de los hasta ayer campeones.

A falta de poco más de dos minutos, Brady iniciaba el «drive» definitivo, pero sufrió la primera pérdida de balón en los últimos veinte partidos de post temporada. Se fue al banquillo y fijó la mirada en el suelo, quizá reafirmándose en la intención de seguir en activo como mínimo el curso que viene, a pesar de que el próximo agosto cumple 41. No va a querer irse así y se dará otra oportunidad de alcanzar el sexto título. Su mujer, la modelo Gisele Bündchen, elogió en Instagram la convicción y el sacrificio de su marido, pero la fiesta era para los Eagles, cuyo propietario vivió el partido junto a Bradley Cooper, el hincha más ilustre tanto en la ficción como en la realidad, al que le tocó disfrutar del lado bueno de la Super Bowl.