Real Madrid

Zinedine Zidane, el mejor líder posible para el Real Madrid

El traje de técnico blanco le sienta como un guante y se siente con ganas de seguir dos años más como mínimo.

Zinedine Zidane, el mejor líder posible para el Real Madrid
Zinedine Zidane, el mejor líder posible para el Real Madridlarazon

El traje de técnico blanco le sienta como un guante y se siente con ganas de seguir dos años más como mínimo.

Si Zidane nació con un talento especial para jugar al fútbol, parece que también lo hizo con la percha perfecta para el traje de entrenador del Real Madrid. Hay pocos casos como el del francés, que se estrenó con el primer equipo hace dos años y medio y su currículum ya es inalcanzable para la mayoría de los que le precedieron y para casi todos los que vendrán. El de ayer era su partido número 149, únicamente, un suspiro en términos futbolísticos y a la vez todo un mundo. Porque él es el primero que sabe que es un cargo que quema, en el Madrid más que en ningún sitio, y en el que no vale otra cosa que el instante en el que se vive. Aceptó con ilusión el puesto y se siente un privilegiado por poder ocuparlo, pero no tiene ningún apego al mismo. Es consciente de que todo es voluble y que hoy estás y mañana, no. Ésta es una de sus virtudes, de las que hace que le siente tan bien el banquillo blanco. No llegó pidiendo perdón ni con una sensación de inferioridad ante una misión tan grande. Todo lo contrario, sentía más responsabilidad que agradecimiento, porque, aunque era inexperto creía que podía ser ya entrenador del Real Madrid. «Estoy convencido de que las cosas van a salir bien», dijo aquel día de su presentación en el que todo eran dudas y pesimismo en el club. La apuesta de Benítez no había funcionado y hacía falta un revulsivo. Y vaya si lo fue Zizou. Devolvió la sonrisa a los futbolistas, que en ese primer contacto con él miraban con la admiración propia del que ha sido una estrella tan o más grande que ellos. Les convenció de que siempre serían los importantes y que de ellos dependería hasta dónde se podía llegar en la mitad de aquella temporada y en las que vinieran.

El vestuario le adora y el público también. Ayer, en el Santiago Bernabéu, su nombre fue el más gritado al cantar por megafonía las alineaciones. El madridismo se siente bien con un entrenador que tiene el discurso correcto en cada situación, por lo que además de ser el técnico es el mejor de los portavoces para la entidad. Un caballero en la victoria y en la derrota, respetuoso siempre con los rivales y eterno optimista, incluso en los momentos complicados, que los ha tenido. Suma nueve títulos en un abrir y cerrar de ojos, aunque también ha sabido salir de situaciones complicadas, algo de lo que dudaban sus críticos. Ha reconocido que para nada la temporada actual iba a ser un fracaso, terminara como terminara, pero sí admitió que la eliminación en Copa en casa después de tener ventaja en la ida le dolió especialmente. Lo considera un error personal, al no haber sabido motivar aquel día a los menos habituales para que dieran el pase a semifinales. De todo lo demás se enorgullecen Zidane y la directiva, que tienen ante sí la oportunidad de alargar un proyecto que ha salido muy bien hasta ahora y todavía se puede mejorar en lo que viene. Ambas partes quieren continuar juntas, y Zizou ya ha estado planeando lo que se va a hacer durante la próxima pretemporada.

El mundo parecía que se caía sobre su cabeza cuando el Real Madrid perdió en Wembley o cuando lo hizo en el clásico en el Bernabéu. Se hablaba de ciclo terminado y los rumores se apresuraban a vaticinar la llegada de Pochettino y de Harry Kane. Ambos salieron pronto de la Champions junto con todo el Tottenham, que cayó en octavos frente a la Juventus. El Madrid siguió su camino con Zidane y, a pesar de que la Liga se acabó pronto para los blancos, jamás se ha vuelto a hablar del fichaje de otro entrenador. El titular de ese puesto es Zidane, aunque no se gane todo o incluso si no se gana nada. Porque se ha ganado mucho antes y se seguirá ganando con un vestuario unido, joven y convencido de que su líder es el mejor posible. El show de Zidane debe continuar, un espectáculo, igual que cuando jugaba.