Copa del Rey

Viena

El niño apunta al Bernabéu

La Razón
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Fernando Torres vuelve a exhibir una versión si no igual, sí muy aproximada a la de aquel delantero rápido, con desmarques al espacio y esa punta de precisión a la hora del remate que pone el sello del gol a su sprint final. Ha vuelto el «Niño», ya lo vengo avisando, y su tanto el sábado en Éibar clonó aquella maravillosa diana a Alemania en la que le comió la tostada, le ganó la espalda y le robó la cartera a Lahm en la final de la Eurocopa 2008 en Viena, la que ganó la orquesta Filarmónica de Hortaleza (Luis Aragonés).

Conexión letal

Torres había salido en el descanso sustituyendo a Jackson, el colombiano que no acaba de encajar aún en este equipo «cholista». Y encontró su socio ideal en el chaval argentino Correa, que también había entrado por Vietto, al que le está costando también seguir el ritmo de Simeone y del «profe» Ortega. Fue un cambio radical de protagonistas en la delantera rojiblanca, que no acababa de funcionar pese a los esfuerzos de Griezmann por coser el ataque. Los dos conectaron en el primer gol, otro balón largo al espacio enviado por Tiago, que persiguió Torres y que encontró el socio ideal en Correa.

Alternativas

Así que se dio la circunstancia de que en Ipurúa Simeone desplegó a sus cinco delanteros en dos fases, la primera con Jackson y Vietto (mal), la segunda con Torres y Correa (letales), ambas parejas a las que siempre acompaña Griezmann, que va por libre y muy bien. La botella, pues, de momento algo más que medio llena, con soluciones y alternativas arriba que puede manejar el entrenador según vaya el partido, y con la derrota del Calderón ante el Barça... por exceso de pánico. Y mirando ya al derbi del 4 de octubre, si Koke estará en duda, conviene que Benítez vaya apuntando que Torres tiene «correa»... y apunta al Bernabéu. Se le da bien...