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El peor año de Garbiñe

Cae al número 18 del mundo después de un temporada marcada por su falta de consistencia, las discusiones con su técnico y un solo título

Garbiñe, en una imagen muy habitual esta temporada / Efe
Garbiñe, en una imagen muy habitual esta temporada / Efelarazon

Cae al número 18 del mundo después de un temporada marcada por su falta de consistencia, las discusiones con su técnico y un solo título.

Garbiñe Muguruza arrancó 2108 con la intención de regresar al número uno del mundo y lo ha terminado discutiendo en la pista con su entrenador en pleno partido, dirigiéndose despectivamente a un cámara de televisión y rompiendo raquetas. En vez de estar compitiendo con las mejores del mundo en las WTA Finals, el Torneo de Maestras, una cita habitual los últimos años, Garbiñe cerró la temporada en el Elite Trophy de Zhuhai. Sus dos últimos partidos reflejan lo que ha sido su año. En semifinales pidió la presencia de su entrenador, Sam Sumyk, en un parón. El francés la acusó de estar siempre enfadada. Ella lo negó e insistió en pedirle algún consejo en tono elevado. Sumyk entonces soltó un sonoro «Fuck you» –«Que te jodan»– y se volvió a la grada. Garbiñe perdió los once juegos siguientes. Un día antes ya había dado señales de que algo no funcionaba. Reventó una raqueta y visiblemente enfadada se dirigió a un cámara de televisión diciéndole: «¿Me quieren terminar de joder con la cámara?»

El colofón de la temporada deja entre interrogantes el futuro de Garbiñe con Sumyk. «Mi relación con Sam es... intensa», ha afirmado la exnúmero uno del mundo. Y eso que ha probado alternativas. Después del título en Wimbledon, cuando en su banquillo estuvo Conchita Martínez, apostó por compatibilizar a Sumyk y Conchita en la gira estadounidense por pista dura en primavera. El experimento duró dos meses y Conchita dirigirá en 2019 a Pliskova.

Garbiñe tenía bien enfocados sus problemas en el arranque de la temporada. «A veces me falta mucha consistencia», declaró. Eso se ha traducido en un único título –Monterrey–, muchas semanas sin encadenar dos victorias seguidas y que termine el año fuera del «top 10». Es la número 18 del mundo y eso supone un obstáculo añadido para el próximo Abierto de Australia, ya que un mal sorteo podría condenarla a tener cruces exigentes desde la primera ronda. «Sabía que en algún momento iban a surgir altibajos porque es muy difícil mantenerte durante muchos años en un nivel muy alto y creo que es eso lo que me ha pasado. Ha sido difícil tanto para mí como para mi cuerpo técnico. Lo he pasado muy mal cuando las cosas no iban bien», ha confesado.

Sumyk ha tratado de ser optimista y sus intenciones hace semanas eran continuar con Garbiñe, pero... «Se cambia demasiado de entrenador. Es preciso encontrar la persona adecuada y asumir que se van a atravesar momentos buenos y malos juntos. Siempre es difícil mantener una relación de entrenador-jugadora, incluso cuando las cosas van bien. Pero es en situaciones adversas donde se ve si el equipo es sólido. Está siendo un mal año, pero ella debe sobreponerse, son experiencias de las que debe enriquecerse. Estoy convencido de que las cosas volverán a ser positivas, simplemente no sabemos cuándo será eso», afirma. El técnico se inspira en los regresos de Tiger Wooods o Novak Djokovic para recuperar el nivel de Garbiñe. «El año pasado fue el mejor de mi carrera y el problema es que ahora todo se compara con eso», afirma una jugadora que arrancará la próxima temporada en la Copa Hopman junto a Ferrer.