El planteamiento de Pochettino anuló al City de Guardiola

El Tottenham impidió la salida de balón por el centro de los “sky blues”, consiguiendo que los visitantes casi no se instalaran con balón en campo rival

El primer asalto del combate de cuartos de final entre el Tottenham y el Manchester City se lo llevaron los Spurs. Son asestó el primer golpe, aunque no definitivo, a los “sky blues”, que ha dejado tambaleando a los de Guardiola en la Champions. El coreano pone en ventaja a los de Pochettino después de convertir en gol un gran pase de Eriksen a las espaldas de Delph, el lateral izquierdo del City en el día de ayer. A Son se le escapó el primer control y cuando parecía que había perdido la ocasión, dominó el esférico en la línea de fondo, amagó el disparo, recortó al propio Delph y puso el balón en la red defendida por Ederson, que quizá pudo haber hecho algo más en esta acción.

El Tottenham Hotspur Stadium estalló de alegría con el pitido final, poniendo el broche perfecto al estreno europeo del nuevo White Hart Lane. La victoria del equipo de Pochettino no fue fruto de la casualidad y es que su equipo se asentó mejor en el campo que los de Guardiola. El duelo de pizarras lo ganó el argentino.

Ambos equipos salieron a presionar a su rival para impedir una salida de balón limpia y fluida. Sin embargo, la coyuntura defensiva del Tottenham fue una telaraña para los “citizens” que, en el primer tiempo, encontraban muchas dificultades para encontrar un hueco por donde filtrar un pase en la medular de los locales y avanzar metros. El 4-2-3-1 que implantó Pochettino tenía como plan impedir la recepción de balón por parte de los centrocampistas visitantes. Sissoko y Winks trabajaron muy bien sobre las marcas de Fernandinho y Gundogan, impidiendo a estos recibir algún balón y conectar con sus compañeros en posiciones más adelantadas.

A esto se le suma el trabajo en las bandas de Son y de Eriksen, que impedían a su vez, la salida de balón de los laterales, Walker y Delph, por la banda. La función del coreano y del danés estaba más centrada en la vigilancia de los laterales que en las ayudas defensivas cuando los extremos del City recibieran el balón. Este era el filón que tenía que haber buscado Guardiola para haberle hecho daño a la defensa del Tottenham, buscar unos contra uno entre los extremos y los laterales rivales. Fruto de esto llegó el penalti, que no convirtió Agüero. Sterling encaró a Trippier, dibujó una conducción de balón hacia el centro y su disparo se estrelló en la mano de Rose.

Pero la parada de Lloris insufló de motivación y ganas a los locales, que pasaron de verse por detrás en el marcador a empezar un nuevo partido con el empate. De este modo, continuaron con su trabajo en la presión, Kane y Alli, que trataban de evitar que Laporte y Otamendi filtraran pases desde su posición hasta los centrocampistas, más que presionar a estos cuando estos tenían la posesión del esférico.

El Manchester City se vio incapaz de circular el balón por dentro y casi, su único recurso en los primeros 45 minutos, se basaba en el balón en largo, situación ante la cual los defensas del Tottenham tenían la ventaja sobre los delanteros visitantes. A pesar de ello, los de Guardiola se mostraron pacientes con el balón, característica habitual en su juego, buscando enlazar pases y encontrar su oportunidad a lo largo del partido que, finalmente no llegó. El partido en la segunda parte se abrió más y el City si dispuso de bastantes más oportunidades para instalarse, con la posesión del esférico, en campo contrario, algo que en el primer tiempo le fue casi imposible.

Con este planteamiento táctico, los locales dispusieron de más llegadas al área rival, con un gran juego de espaldas a portería de Kane, que suministraba balones a la segunda línea que llegaba desde atrás. La mala noticia fue la lesión del “10”. “Esperamos que lo de Kane no sea algo grave, porque sería algo que nos perjudicaría muchísimo. No creo que llegue a la vuelta, ha salido en muletas. Veremos como evoluciona, podría perderse, incluso, la temporada”, dijo Pochettino en rueda de prensa.

El Etihad Stadium tendrá que empujar a los suyos para remontar el resultado en contra. Los fantasmas de otra derrota en la Champions se le vuelven a aparecer al Manchester City. El año pasado cayó en cuartos ante el Liverpool, con un 3-0 en la ida que fue definitivo. Hace dos, fue eliminado en octavos por el Mónaco (por aquel entonces liderado por un tal Mbappé), que pasó de ronda con un 3-1 épico en la vuelta, en el Estadio Luis II. En el partido de ida, el City había ganado 5-3.