¿Es esto el fondo?

Tan extraña fue la noche en el Bernabéu que los aficionados y los jugadores del Schalke celebraban la eliminación, mientras en el lado blanco las caras de funeral se mezclaban con una pitada monumental, a pesar del pase a cuartos. Muchos momentos críticos pasó el equipo durante 90 minutos, incapaz de imponer su juego y mucho menos su ritmo o su autoridad. Al Schalke le faltó maldad para aprovechar el regalo e incendiar definitivamente la silla de Ancelotti, que celebró los goles de su equipo con más alivio que alegría, mientras el público despedía a los jugadores con una pitada y algunos pañuelos. El consuelo para los futbolistas es que peor no se puede hacer. «Es cierto que hemos tocado fondo de manera estrepitosa, pero lo positivo es que estaremos en el bombo de cuartos y olvidaremos lo de los últimos diez días. Porque llevamos diez días dramáticos», explicó Iker Casillas. El portero, una vez más, fue de los señalados por el público. Fue decisivo al final, pero muy intrascendente en los primeros tantos del Schalke: «No ha sido de mis mejores partidos, pero no es momento de pensar en uno mismo», continuó el guardameta, capitán del equipo, que dio la cara tras la derrota. Cristiano Ronaldo pasó por la zona mixta para decir que no iba a hablar hasta final de temporada. Fue él quien rescató al equipo con dos cabezazos en la primera parte, un par de goles que le colocan empatado a 75 al frente de los anotadores históricos de la Liga de Campeones (junto a Messi) y que evitaron el primer amago de drama.

Nadie en el madridismo quiere imaginar lo que habría sido la noche sin él, a la que todavía le quedaban varios giros de guión y estados de ánimo del portugués. Ronaldo no celebró su primer gol con nadie más que con su cabreo y Coentrao tuvo que acudir a sugerirle un poco de calma. No se sabe si sus gestos de reproche eran contra el juego de su equipo, contra el público, contra sí mismo o frente a una situación en la que al Madrid nada le sale bien desde principio de año y que ahora mismo vive en un estado de agitación y de confusión.

La única buena noticia fue la vuelta de Modric: «No quiero buscar razones a lo que nos sucede. Necesitamos jugar con un equipo. No jugamos bien, pero de vez en cuando hay que sufrir».