Escañuela se queda solo

El CSD ha citado hoy a las federaciones territoriales y se puede plantear una moción de censura al presidente.

En el Consejo Superior de Deportes (CSD) tienen muy claro que el tenis español no puede seguir como está. Por eso a las seis de la tarde de hoy está convocada una reunión en el CSD a la que están citados todos los presidentes de las federaciones territoriales y que puede acabar con la presentación de una moción de censura a José Luis Escañuela como presidente de la Real Federación Española de Tenis (RFET). Escañuela ya está inhabilitado por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) y la moción que ya se planteaban algunos presidentes de las territoriales hace meses puede concretarse ya. La sensación unánime es que tiene que haber un cambio inmediato y que ese cambio pasa obligatoriamente por la salida de Escañuela cuanto antes. «No puede ser, no puede ser», se decía ayer en la sede del Consejo mientras todo el mundo ponía por las nubes a la Selección femenina de baloncesto.

La reunión de hoy también puede servir para que el CSD dé a conocer datos sobre la investigación que el pasado jueves realizaron dos funcionarios de la Subdirección General de Deporte Profesional y Control Financiero del CSD y un auditor de la firma BDO en la sede de la RFET en Barcelona. Durante tres horas inspeccionaron libros y multitud de documentos oficiales. Los resultados de la investigación pueden complicar todavía más el futuro inmediato de Escañuela.

El presidente del CSD está harto de la guerra civil que se ha recrudecido en los últimos días, y no lo disimula. «Escañuela está viendo que se recoge lo que se siembra. Ha practicado la mentira y la manipulación», afirma Miguel Cardenal. «Lo que ha ocurrido, salvo que demuestren lo contrario, es un escándalo como pocos se recuerdan», asegura. El CSD asegura que «la RFET ha mostrado una total falta de colaboración ante los requerimientos de información realizados por este organismo y que han desembocado en la incoación de dos expedientes disciplinarios por infracción muy grave al presidente de la RFET y a sus órganos directivos por diversos incumplimientos estatutarios». El CSD se refiere al expediente «por negar información y documentación justificativa, tanto al auditor encargado de los diferentes trabajos de auditoría a los que se ha visto sujeto la RFET, como al propio Consejo Superior de Deportes, relativa a las operaciones de la Federación con la Fundación del Tenis Español y con el Observatorio del Tenis Español, que han supuesto un desembolso mínimo para dicha Federación de 700.000 euros» y al incoado por «no facilitar, tanto al CSD como al auditor de las cuentas anuales de la Federación, el libro de actas de la Federación». También está bajo sospecha el procedimiento oficial con el que llegó el nombramiento de Gala León como capitana.

El apoyo con el que llegó José Luis Escañuela a la presidencia de la Federación (133 votos de 174 posibles) ha desaparecido en los últimos meses. Primero renunciaron cinco vicepresidentes –los presidentes de Baleares, Ceuta, Extremadura, Galicia y Navarra– por la aparición de «polémicas innecesarias, decisiones inexplicables y poco democráticas, con lo que se crearon enfrentamientos artificiales y la ruptura con fuerzas importantes del tenis». Estos cargos hablan de «una ‘‘bunquerización’’ en toda regla, que recordaba a tiempos que creíamos superados». Hay más. Un escrito firmado por los presidentes de las federaciones de Madrid, Aragón, Castilla y León y Castilla-La Mancha apunta que hay una «total falta de comunicación con las federaciones autonómicas no afines» a Escañuela y que eso supone la marginación de «más del 60 por ciento del tenis español». Todos están citados hoy en Madrid.

Las críticas de los jugadores a Escañuela no cesaron ayer. El Mutua Madrid Open, como torneo, se solidarizó con la carta firmada por el tenis español. Granollers, después de estrenarse en Londres con victoria, aseguró: «Esta situación es muy mala para todos». «Buscamos cambios y encontrar la mejor solución posible», afirmó Ferrer.