Vuelta a España

Evenepoel, solo contra el Jumbo

Roglic gana la etapa con final en Xorret de Catí y Sepp Kuss es el nuevo líder de la Vuelta

AV.- Ciclismo/Vuelta.- Roglic (Jumbo-Visma) se lleva la 8ª etapa de La Vuelta y Kuss (Jumbo-Visma) se pone líder
Roglic celebra su victoriaEuropa Press

La Vuelta es un juego de cinco. Un territorio cerrado en el que a veces se cuela algún invitado. Como Sepp Kuss, el nuevo líder de la carrera. O como Lenny Martínez, el hombre que le entregó el maillot rojo, que no tardó en darse cuenta de que su sitio no estaba entre los elegidos. Un grupo muy reducido componen Roglic, Vingegaard, Evenepoel y los españoles Ayuso y Mas. Y entre ellos fue más rápido Roglic en la subida al Xorret de Catí. Una cima acostumbrada ya a recibir a la Vuelta.

Llegaron todos juntos y el esloveno fue el más veloz en el esprint. Se trataba de llegar bien colocado a la última curva y Roglic sólo tenía a Evenepoel por delante. Se trataba sólo de elegir el momento y Primoz sabe de eso. Las rampas que en ocasiones llegan al 20 por ciento no sirvieron para distanciar a los favoritos, que tuvieron que jugárselo todo en el esprint. Y en esas circunstancias Roglic siempre sabe lo que tiene que hacer.

«Roglic es uno de los mejores corredores del mundo en estos finales y Remco [Evenepoel] también es muy difícil de superar», reconoce Ayuso. El español fue el único que aguantó el esprint de Primoz y de Remco. Terminó tercero, pero estaba satisfecho después de un mal día. «A mitad de la etapa lo he pasado bastante mal, pero se trataba de sacar el día y al final he tenido mejores sensaciones», confesaba el español tras la etapa.

Evenepoel no estaba tan feliz. Había luchado para ganar en inferioridad contra tres corredores del Jumbo, pero tuvo que conformarse con la segunda plaza. Se quejaba de que no sabía que esprintaba para la victoria de etapa, pero Roglic era consciente de qué estaban haciendo allí. «Sabíamos el tiempo que llevaba la fuga y vimos a todos los corredores que adelantamos», explicaba después de su triunfo. Del belga fue todo el desgaste de los favoritos. Primero para atrapar a Sepp Kuss, el primero en atacar del grupo principal. A su ritmo, sin forzar, hasta que consiguió convertir al estadounidense en uno más. Todavía le quedaban Vingegaard y Roglic, pero decidieron esperar a los últimos metros para jugarse la victoria en el esprint.

Roglic fue el mejor y confirmó la doble victoria para su equipo. La etapa era para él y el liderato para Sepp Kuss, que sólo necesitaba aventajar en ocho segundos a Lenny Martínez. Pero fue demasiado la subida para el francés y Kuss, condenado siempre a trabajar para los demás, disfruta ahora de su momento de gloria. «¿Cuántos líderes hay en Jumbo?», le preguntan a Primoz Roglic después de su victoria. «De momento, tres. Y no sé si saldrá alguno más», confiesa en la meta con una sonrisa.

El ataque de Kuss perseguía la victoria de etapa, pero las piernas no le respondieron tan bien como en Javalambre y los corredores que tenía por detrás eran los mejores del mundo. Demasiadas cosas en contra para coronar el maillot rojo con una nueva victoria de etapa.

«Tenía la etapa en mente, pero no tenía las piernas para hacer las diferencias con Remco tirando a buen ritmo», confesaba. El equipo, además, tenía otros planes. Roglic sabía que el final era bueno para sus características y lo demostró sobre la línea de meta. Primero levantó los brazos para festejar y después, ya más tranquilo, pasada la línea de llegada y abrazado por sus auxiliares y por sus compañeros, lanzó un beso al aire primero y después un grito para liberar tensión.

Primoz está acostumbrado a la gloria. Para Kuss es una sensación más extraña. Es la primera vez que viste el maillot de líder en una gran vuelta. «Nunca he sentido algo así y lo quiero disfrutar», reconoce. Su objetivo es mantenerlo hasta Madrid, pero Roglic y Vingegaard tienen mucho que decir.