Fórmula Uno

Del favoritismo de Verstappen al impacto de Fernando Alonso y Aston Martin

El bicampeón del mundo y Carlos Sainz reclaman protagonismo en un curso que arranca en Baréin y lo hace con los Red Bulls como favoritos. Impactante rendimiento de la escudería británica

Fernando Alonso, en Baréin al volante de su Aston Martin
Fernando Alonso, en Baréin al volante de su Aston MartinFlorent Gooden / DPPIAFP7 vía Europa Press

El curso en la Fórmula Uno ha arrancado en Baréin y lo ha hecho en una de las mejores etapas de su historia en cuanto a seguimiento y afición. Desde que Liberty Media tomara el mando del campeonato, la F-1 ha tomado una dimensión desconocida hasta ahora. El objetivo de la compañía era «americanizar» el «Gran Circo» con un sentido del espectáculo que hasta ahora no había sido efectivo, aunque tampoco se había buscado de forma tan intencionada. Querían convertir la F-1 en algo parecido a la NBA, la NFL o cualquier liga profesional de Estados Unidos y el resultado ha sido mucho mejor del esperado. Nadie se acuerda ya de Bernie Ecclestone con todo lo que el inglés hizo por este deporte. Los equipos y pilotos viven un momento deportivo y económico que empieza a atraer a otros actores del sector de la automoción como el grupo VW o al gigante americano Ford, que en pocos años estarán inmersos en la F-1.

La pasada temporada se produjo un cambio de reglamento técnico que prometía mayor igualdad, pero Red Bull tomó mucha ventaja frente a posibles rivales como Ferrari o Mercedes y no hubo demasiada lucha.

En 2023 es más que probable que la escudería de la bebida energética tenga más competencia de la prevista, aunque sea una vez empezada la temporada. Max Verstappen, vigente campeón, arranca como favorito, pero siempre tendrá que vigilar de cerca a otros como Ferrari, con Leclerc y Sainz, y a Mercedes, con Hamilton y Russell.

En el caso de la estructura italiana, el pasado año empezó muy fuerte, pero ni el motor ni el chasis ni la propia organización del equipo en cuanto a estrategia, dirigida por el español Iñaki Rueda, aguantaron el ritmo de Red Bull. Cometieron demasiados errores, incluidos sus dos pilotos, y no supieron aprovechar la ventaja inicial que tomaron cuando su contrincante se enfrentó a problemas de fiabilidad.

Y en cuanto a Mercedes, el problema del famoso rebote, el «porpoising», significó un verdadero reto que solo solucionaron a finales del pasado año. Fuera de la pista, previamente, la marca alemana peleó para que se produjera un cambio en el reglamento y lo consiguieron elevando 15 milímetros el suelo del coche para minimizar ese defecto que, en mayor o menor medida, se encontraron muchos equipos. Mercedes solucionó el problema a finales de 2022 y es por eso que, este año, aunque no ha hecho una buena pretemporada, es considerada una de las favoritas al título.

A continuación, viendo lo que ocurrió el pasado año, estarían equipos como Alpine, McLaren o AlphaTauri, pero la realidad es otra bien distinta. La escudería que más ha evolucionado en los últimos meses lejos del asfalto ha sido Aston Martin, que en 2022 acometió una gran inversión económica y humana y los efectos no han tardado mucho en salir.

La escudería británica robó a Red Bull a uno de sus mejores aprendices como director técnico y lo mismo hizo con Mercedes, al que arrebató a uno de sus aerodinamicistas más avanzados. Aunque esta última maniobra pueda que estuviera más que controlada teniendo en cuenta que Toto Wolff, jefe de equipo de Mercedes, tiene alguna que otra acción en Aston Martin y, además, es suministrador de unidades de potencia de la escudería inglesa.

Con todo esto, el equipo se encontró con la opción de fichar a Fernando Alonso en cuanto Sebastian Vettel anunció su retirada y, de momento, los resultados superan todas las previsiones. El aterrizaje del asturiano ha supuesto un acelerón en la puesta a punto del monoplaza, que después de los entrenamientos de pretemporada y las primeras sesiones de ensayos libres en Baréin ha revolucionado el «paddock».

Los equipos de F-1 concentran sus sedes en una determinada zona en la campiña londinense, y el rumor de que algo se estaba cociendo en Aston Martin viene desde el mes de noviembre. Y una vez que el coche ha pisado la pista muchos datos virtuales se han confirmado. No estamos ante una sorpresa al estilo de la que dio Brawn GP en 2008 cuando aprovechó un resquicio legal en la norma técnica para hacerse con el título de pilotos y constructores.

Fernando Alonso y Aston Martin acabaron ayer la segunda sesión libre en lo más alto de la tabla, por delante los Red Bull, y en cuanto a tandas largas, el coche «verde» demostró que puede estar a la altura con una degradación de ruedas muy baja.

El entorno de Fernando Alonso asegura a LA RAZÓN que el piloto asturiano está ultra motivado porque ha visto que el monoplaza tiene muchas posibilidades. Se palpa la tensión de las ocasiones más relevantes y ya nadie acierta a valorar dónde está realmente el nivel del equipo británico. Lo normal es que pudiera sorprender en los primeros asaltos de la campaña para luego ser superado por otros como Ferrari o Mercedes, que han acechado a Red Bull en los últimos años. Desde Alpine, que terminó el pasado año en cuarto lugar, mantienen que Alonso se marchó a Aston Martin por dinero, a sabiendas que iba a tener un coche peor. Ahora, y excepcionalmente, todo apunta a que Alonso acertó cuando decidió marcharse, a pesar de que había dado su palabra para firmar el acuerdo, aunque no fueran las condiciones que pedía.

Este fin de semana empieza el espectáculo con más carreras que nunca y más carreras al esprint para aumentar la tensión y el show. Y todo esto sin olvidar que Carlos Sainz está en Ferrari y aspira a todo siempre que haga lo primero que tiene que hacer: ganar a su compañero Leclerc.