Honores de capitán

El Madrid y Ramos oficializan la renovación del contrato en un acto con toda la familia del futbolista y resaltando su papel en el vestuario

Se acababa el acto de ayer y Sergio Ramos se tapó la boca para que no le grabasen las cámaras mientras decía algo que hacía sonreír a Florentino Pérez. Fue un pequeño acto de complicidad más que necesario después de un verano tenso, en el que la despedida ha sido más que probable. «Es cierto que no estaba cómodo aquí en algunos sentidos. Jamás he dicho que me quería marchar del Madrid, pero no podía seguir así. Y veis que lo económico es lo último que menciono. Pero había cosas que había que hablar, también anímicas. Mi felicidad está aquí, para qué perder el tiempo en otro sitio», se sinceró el defensa. Él y el presidente, con la presencia del entrenador, oficializaron ayer el contrato que va a convertir al central en uno de los jugadores históricos del Real Madrid, por su jerarquía, por su gol de la «Champions» en Lisboa y por los años que podría vestir la camiseta del primer equipo. Llegó en 2005, con 19 años, y en su primer encuentro sustituyó a Pavón. Se retirará en 2020 si cumple lo firmado. Son 15 años. «Ojalá que el día de mañana se pueda hablar de mí como un grandísimo capitán y una leyenda del Real Madrid al igual que otros jugadores que han pasado por aquí», dijo ayer el futbolista, acompañado de toda su familia. Cuando llegó era un joven que jugaba de lateral derecho, con melena, muy potente y algo desordenado en su juego. Ahora manda como central y no hay quien le mueva de ahí.

El de ayer fue un acto de celebración, un acto durante mucho tiempo buscado y que significaba una nueva época. Casillas se marchó este verano también tras una comparecencia en el palco, sin su familia, en una despedida que fue casi una obligación, hecha con desgana por las dos partes. La relación entre Ramos y Florentino no es la mejor, pero ambos conocían ayer la importancia de lo que estaba sucediendo: «La capitanía es una responsabilidad tremenda y creo que me ha llegado el momento. Ha sido el club quien me ha pedido renovar», decía el capitán. «Es importante que un jugador como él dé ejemplo a los jugadores jóvenes que llegan a este club. Es símbolo de la ‘‘Décima’’, de la superación permanente, pero también es nobleza y amor por el Real Madrid. Esta temporada llevarás el brazalete de capitán, algo que seguro que harás con honor y orgullo, como lo hizo Casillas», explicó Florentino.

Ramos ya hacía de jefe en la primera plantilla, debido al paso atrás que dio Iker las últimas temporadas y al diferente carácter de ambos. Él es la voz de los jugadores, el que arenga, el que da el paso hacia adelante. Ronaldo lo hace de otra manera, con su personalidad cuando empieza el partido, mientras que a Arbeloa le falta peso dentro del campo para poder tener la jerarquía de Sergio. «Creo que un capitán debe dar ejemplo en todos los sentidos. Es el mejor equipo del mundo y hay que intentar que cualquiera que venga se sienta identificado con el escudo y lo que representamos. Que la gente se vaya contenta a casa porque sus jugadores se han dejado el alma. También hay que luchar por ganar títulos. Es un vestuario complicado, de culturas y costumbres diferentes, pero todos tenemos que remar en la misma dirección».

Hubo momentos de este verano en los que ambas partes remaron en direcciones distintas. Desde ayer, vuelven a juntarse.

Y hoy le espera el recibimiento del Bernabéu

«Siempre me he sentido muy querido en el Bernabéu y creo que seguirá siendo así», explicó ayer Ramos. Hoy el Madrid se presenta en el Trofeo Santiago Bernabéu frente al Galatasaray (22:30 LaSexta/Realmadrid Televisión) y está por ver cómo le recibe el público tras este verano tan intenso. «No sé por qué otra gente sacaba esas informaciones, tal vez por otro tipo de interés. Lo he dado todo por este escudo y lo daré todo por el Madrid. La realidad de lo que ha pasado es lo que cuento yo», dijo.